Estampas

5033

Domingo, 19 de junio de 2022

Chef Espada estrenó paellera para los calamares fresquitos y los garbanzos pedrosillanos extra, sublimes. Migoya trajo a su Cleo. Jani su cuerpo gustoso y galletitas del cielo y un queso que olía a chichi (mi preferido). Los Ferrer pan y vino y los portentos de Marlene. Vinos variados naturalmente y manzanilla y fino Caberrubia, Saca III de Luis Pérez y Jerez de la Frontera. Martica más bella, si eso fuera posible. BabyBeba doblemente exquisita. Delicias de Sacha. Agua tibia. Verdes circulares. Y bailamos y cantamos con la Boa Doña de negros y gitanos y putas de Barcelona. Y así queda inaugurada la temporada de baños.

5032

Viernes, 17 de junio de 2022

Un andaluz se queja en la radio de que lleva años con la casa invadida por unos okupas (léase delincuentes) y que la ley española protege a los delincuentes y a él, dueño de la casa, lo condena a la ruina, es decir lo obliga a pagar la hipoteca y los gastos de luz y agua de su propiedad antes alquilada, y ahora invadida por los okupas (léase delincuentes). En España es normal que los delincuentes tengan más derechos y protección del Estado que las víctimas. Hay okupas (léase delincuentes) que denuncian a los dueños de la casa que han asaltado y estos delincuentes ganan los juicios, los jueces progres justifican y apoyan su delincuencia.

Venía oyendo a este pobre hombre condenado por el Gobierno a mantener a los que lo han despojado de su propiedad. Y pensaba que los andaluces víctimas de los okupas (léase delincuentes) lo mejor que podrían hacer es votar a VOX. Aunque sólo sea para ver si lo de la patada en el culo al okupa que promete el partido VOX, se hace realidad.

5031

Jueves, 16 de junio de 2022

Floto.
Soy un pájaro, un pez volador, un centauro al galope, un objeto precioso enterrado en las profundidades marinas. Un alpinista en la cima de la cumbre más alta. Soy la meretriz reina que escapa de palacio para fornicar con los marinos borrachos. Soy una alegría primigenia, una fuerza subterránea, un fauno montando ninfas en lo profundo del bosque. Soy el ejército invencible ante las murallas de una ciudad, una virgen sodomizada por un toro. Soy una mariposa nocturna fascinada por la luz, un insecto bisexual que se autofecunda. Soy el coloso del cuadro de Goya dominando el horizonte, una amazona que doblega a su amante. Soy el delicadísimo brote de una planta, húmedo de savia, que emerge del tronco helado al arribar la primavera. La sangre se agolpa en mi cabeza y ante mí se despliega un océano rojo, insondable.
Entro.


Ya a la venta en formatos paperback y, por primera vez, ebook.

5030

Miércoles, 15 de junio de 2022

No hay comparación entre una dictadura de extrema derecha o derecha y una de extrema izquierda o izquierda. Es una obviedad. Pero. Como los intelectuales izquierdistas españoles no lo entienden, pondré dos ejemplos. A ver, presten atención, señoritos.

Comparemos la dictadura asesina de Franco (40 años) con la dictadura asesina de los Castro (63 años y contando). La de Franco evolucionó y al terminar dejó una España mejor, al menos económicamente. Lo que es muy importante, se comprenderá, para los que viven bajo una dictadura. La de los Castro, por el contrario, ha convertido un país próspero en una especie de Somalia caribeña, ¡y ahí sigue! ¿Y hablamos de Pinochet? Bueno, va, ya sé que Pinochet los pone. La dictadura (17 años) del asesino Pinochet (¡que abandonó el poder voluntariamente!) dejó un país mejor, al menos económicamente. Lo que es muy importante para los que viven bajo una dictadura.

Las dictaduras de derechas, a pesar de sus horrores, siguen teniendo una escala “humana”. Las de izquierdas, que existen, matan y esclavizan en nombre de una utopía, son por naturaleza inhumanas. Bajo una dictadura de derechas es posible el progreso económico, o que el dictador abandone el poder voluntariamente. Bajo una dictadura de izquierdas, no.

Las dictaduras son todas despreciables. Pero. Si en el futuro España sufre otra dictadura o cualquier tipo de régimen autoritario (y no lo descarten, la alimaña humana es capaz de todo), mejor que sea de derechas. Sólo un idiota podría preferir uno de izquierdas. Por eso es sorprendente que en España se hable con total normalidad de aislar e imponer ¡un cordón sanitario! al partido VOX (acusado de ultraderechista) mientras se acepta y admite en el Gobierno a la extrema izquierda de Podemos y Bildu. ¿Qué tipo de degeneración moral hace posible esta conducta?

5029

Martes, 14 de junio de 2022

Amanecí algo sombrío y creo que esto de Alain Finkielkraut es lo más adecuado para comenzar el día:

“Así pues, la barbarie ha acabado por apoderarse de la cultura. A la sombra de esa gran palabra, crece la intolerancia, al mismo tiempo que el infantilismo. Cuando no es la identidad cultural la que encierra al individuo en su ámbito y, bajo pena de alta traición, rechaza su acceso a la duda, a la ironía, a la razón –a todo lo que podría sustraerle de la matriz colectiva–, es la industria del ocio, esa creación de la era de la técnica que reduce a pacotilla las obras del espíritu (…) Y la vida guiada por el pensamiento cede suavemente su lugar al terrible y ridículo cara a cara del fanático y el zombie”.

5028

Lunes, 13 de junio de 2022

Y como hablé de Arendt y estoy releyendo Maestros antiguos no puedo resistirme a dejarles aquí la opinión de Bernhard sobre Heidegger. Arendt tuvo una relación apasionada con Heidegger, relación de alumna con su maestro, hasta el final de su vida, y con quién uno se junta y a quién uno venera también es importante y dice mucho de lo que uno es.

“Heidegger tuvo siempre aspecto de gordo oficial de Estado Mayor retirado. Heidegger se levanta de la cama, se vuelve a meter en la cama, duerme. Heidegger se despierta, se pone los calzoncillos, se pone las medias, bebe un trago de mosto, sale y mira el horizonte, se talla un bastón, se pone el gorro, se quita el gorro de la cabeza, sostiene el gorro entre las manos, abre las piernas, levanta la cabeza, baja la cabeza, pone la mano derecha sobre la izquierda de su mujer, su mujer pone la mano izquierda sobre la mano de él, se dirige a su casa, se aleja de su casa, lee, se come su sopa, se corta un pedazo de pan (amasado por él mismo), abre un libro (escrito por él mismo), cierra un libro (escrito por él mismo), se inclina, se estira y así sucesivamente”.

“Heidegger fue sólo un pequeño segundón filosófico. Heidegger fue, eso está claro, el filósofo alemán más mimado de este siglo, y al mismo tiempo el más insignificante. A Heidegger peregrinan sobre todo los que confunden la filosofía con el arte culinario, los que consideran la filosofía como algo frito y asado y cocido, lo que corresponde muy bien con el gusto alemán”.

5027

Domingo, 12 de junio de 2022

Leo lo de Espada sobre Hannah Arendt y recuerdo a Raul Hilberg, autor de La destrucción de los judíos europeos. Después de leer a Hilberg, sobre todo sus Memorias de un historiador del Holocausto, disminuyó mucho mi admiración por Arendt. Arendt esquilmó descaradamente la obra de Hilberg para su famoso Eichmann en Jerusalén. Su falta de honradez se entiende mejor si sabemos que evitó (en 1959) la publicación de la obra maestra de Hilberg. La editorial Princeton University Press acudió a Arendt para evaluar el manuscrito. Basándose en la evaluación de Arendt, rechazó la obra. Hilberg tardó 14 años en encontrar editorial.

Pero. Lo que me hizo pensar hoy en Raul Hilberg, no fue el impudor y la vileza intelectual de Arentd, sino la opinión de Hilberg sobre la famosa banalidad del mal:

“El subtítulo de Eichmann en Jerusalén es Un estudio sobre la banalidad del mal. El título auxiliar tiene la extraña reputación de ser más célebre que el principal. No cabe duda de que describe su tesis sobre Adolf Eichmann y, por ende, sobre otros muchos Eichmann pero ¿es correcta? Arendt veía a Adolf Eichmann, un teniente coronel de las SS que dirigía la sección de la Gestapo encargada de los judíos, como un hombre condenado al ostracismo que antes de escalar en la jerarquía de las SS había vivido una visa “monótona” y que tenía “defectos” de carácter. Arendt se refería a su prepotencia, patente en su “chulería”, y hablaba de su “grotesca estupidez” al ser colgado, cuando profirió sus últimas palabras tras haberse bebido media botella de vino. Arentd no reconocía la magnitud de lo que había hecho ese hombre con un equipo irrisorio; había supervisado y manipulado consejos judíos en distintas partes de Europa; había incautado los bienes judíos que quedaban en Alemania, Austria, Bohemia y Moravia; había preparado leyes contra los judíos en Estados satélites; y había organizado el transporte de judíos a lugares de fusilamiento y campos de exterminio. Arendt no discernía las grietas que había encontrado Eichmann en la maraña de la máquina administrativa alemana para llevar a cabo sus acciones sin precedentes, ni comprendía la dimensión de lo que había hecho. No había ninguna “banalidad” en ese “mal”.

5026

Sábado, 11 de junio de 2022

Tuve que salir a espantar a un pichón de urraca que se acercaba peligrosamente a mi gato negro camuflado a la sombra del olivo tanto se acercaba que hasta mi gato negro, lisiado o nacido disminuido, como quieran, hubiera podido matarlo. En estos días hay muchos pichones de urracas por todas partes y las madres o padres cómo saberlo arman una gran algarabía cuando aterrizan en el jardín sus crías supongo que para advertirles de que el mundo es un sitio peligroso. Le costará la vida aprenderlo a muchos pichones de urraca. Pero. Hoy he evitado la muerte de un pichón de urraca aunque es cierto que pensé antes de salir a espantarla deja que la vida siga su curso. Pero el curso de la vida es siniestro y monstruoso y despiadado y hasta equivocado para un humano. Así qué.

En las emanaciones 5024 y 5025 incurrí en algunas inexactitudes mi hermano me escribió desde Miami para corregirme. Pero he decidido dejarlo todo como está a fin de cuentas esto es una novela y pasado el tiempo suficiente la ficción es la realidad.


Ah, y hoy es un día histórico eróticamente hablando se ha publicado por primera vez en formado ebook la mejor novela erótica escrita en España en al menos cincuenta años. Tal vez cien. Pasen y lean. Y si no se les pone dura o se les moja leyendo, les devolveré el dinero.

5025

Viernes, 10 de junio de 2022

Mi madre, mis hermanos, la tía Nena y uno de sus hijos. Mi padre, de pie en el pequeño portal. En el sillón un hombre que acompaña a la tía Nena, pero que no es Marcelo. Véanse las jaulas de los tomeguines y el azulejo, en la pared. Junto a mi padre hay una silla, un serrucho, una tabla, tal vez pretende tapar una gotera o algún otro agujero de la casa. La tía Nena lleva en brazos a mi hermana Asela. Nicolás parece enfadado. Yo sonrío y mi hermano mayor también pero menos, tengo las manos apoyadas en las rodillas. Mi madre joven, delgada, lleva un vestido claro y los niños ropa de domingo. El hijo de Nena está de pie a la derecha del grupo no sé si es el violador frustrado o su hermano (hay otro primo, los dos hicieron carrera en el ejército de los Castro). Viste una camisa a rayas y tiene las gafas en el bolsillo, se las ha quitado para la foto. Mi hermosa madre y sus bellos hijos acaparan genéticamente lo mejor de la familia. Éramos los muertos de hambre, pero bellos, y Nena y sus hijos los pudientes, pero feos. En más de un sentido. Por un lado, nuestro bajareque colindaba con el patio trasero de la casa de la abuela Blanca (a la que nos mudaríamos años después), por el otro, con el placer que ven. Unos ladrillos ayudan a asegurar el papel de techo. Mi madre apoya las manos en los hombros de Nicolás y este se agarra a uno de sus dedos. Mi padre ignora al fotógrafo.

5024

Jueves, 9 de junio de 2022

Hablo con Marta de la muerte y recuerdo a Marcelo uno de los maridos de mi tía Nena. A veces iba a la casa de mi tía Nena y me quedaba a dormir más o menos adolescente y su hijo mi primo trataba de violarme el pobre, pero no es de eso de lo que quiero hablar. Hasta televisión tenía mi tía Nena y cortinas y vasos y platos bonitos y una cocina sin ratas y colchones en todas las camas, aquello parecía una casa de verdad, no la nuestra, por eso me gustaba.

Mirábamos Marcelo y yo aquella noche uno de esos programas espantosos de la televisión revolucionara y, sin que yo percibiera nada especial en ningún orden de cosas, Marcelo dejó caer la cabeza sobre el pecho pero no era sueño era un apagón. No sé lo que pensé en ese momento, ni si sentí miedo, pero me levanté y busqué a mi tía que estaba en su habitación o en la cocina y ella vino y llamó y sacudió a Marcelo pero Marcelo no despertó. Marcelo un hombre callado, serio, muy trabajador y bigotito dueño aún de un kiosco en la Plaza del Mercado (una especie de Boquería), la gran Revolución no lo había liberado aún del kiosco en la Plaza del Mercado.

En aquel momento no lo aprendí, siempre se aprenden las cosas años después, pero eso era la vida: el preludio de un apagón. Y los terribles gritos de mi tía naturalmente.

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