Estampas
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Jueves, 29 de septiembre de 2021
PETICIÓN
Catorce años después, regreso a mi Patria-Bar de la calle Mallorca. Todo ha cambiado, nada ha cambiado. Me instalo otra vez, con mis cervezas, junto a la vidriera. La vieja, con su gorro frigio, sigue ahí, junto a los depósitos de basura, buscando. Antes, pensaba que la vieja era la isla. Ahora, estoy seguro de que es la Muerte. Reescribo. Los libros no se acaban de escribir nunca. Qué sentido tiene publicar otra vez el mismo libro.
Las Cinco cervezas de 2004 era un libro apresurado, imperfecto, y a ratos se acogía a un pensamiento histórico-grupal que hoy repudio. He tratado de remediar estos defectos de la mejor manera, y me gusta el resultado: un tono más veraz y airado.
Cinco cervezas es un libro extremo, ciertamente, pero en literatura no hay nada bueno en el centro, todo lo que vale la pena se halla en los extremos. ¿Qué es lo mejor que puedo decir de mi libro? Que aún me conmueve hondamente.
Con esta edición digo adiós a Gabriel Torres con tristeza, pero también con orgullo y cariño. Si no es mucho pedir, acojan en sus corazones a ese muchacho desesperado.
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MIércoles, 28 de septiembre de 2022
Termino Joseph Anton, el libro de memorias de Salman Rushdie. Un libro, a fin de cuentas, ligero. Mala cosa. Sobre todo, por tratarse de un libro que se ocupa de una historia terriblemente real. Pero. ¿Demasiado bien escrito? Escribir demasiado bien es con la mayor frecuencia una trampa mortal. Llega un momento en que la muy profesional pero lisa prosa de Rushdie se va aplanando de tal manera que produce (al menos a este lector) la impresión de estar leyendo un clásico bestseller, es decir una obra a la que se le notan debajo de la piel los travesaños de hormigón y los ladrillos. No hay capas, ni resonancias, ni supuraciones, ni acceso a la caverna, (deliciosa o sombría, vivificante o siniestra) a la que dan acceso los buenos libros. Y la adjetivación tan convencional y el exceso de pensamiento grupal. Y qué timorato y correcto Rushdie. En cierto momento tuve, ay, la desagradable impresión de que el libro no lo había escrito Rushdie sino el personaje Rushdie.
5119
Martes, 27 de septiembre de 2022
Ha ganado las elecciones en Italia la señora Giorgia Meloni. Me gustó que la señora Meloni usara para proclamar su carácter dos suculentos melones a manera de tetas. Qué pícara la Meloni, qué delicioso gesto. La melonera de la señora Meloni es más bien exigua por lo que he podido ver; una Meloni con una proteica y jugosa melonera a lo Jane Mansfield o Anita Ekberg, qué no hubiera hecho. Están leyendo a un hombre que está seguro de que Cicciolina hubiera sido una gran presidente de Italia. Qué mujer. En política los personajes peligrosos son los graves y trascendentes, los que van de salvadores “de la gente”, tipo Montero, Díaz y Belarra; la señora Meloni es una corriente de aire fresco comparada con nuestro político mujerío.
Por lo demás, amén de los melones, ha despertado mi simpatía por la señora Meloni el mesar de cabellos y el crujir de dientes de los progresistas y comunistas españoles (lo más reaccionario que hay en España). Comunistas que, por cierto, son mucho peores que los fascistas de Mussolini, como ha demostrado la Historia. Basta comparar el promontorio de muertos debido al fascista Mussolini con el Everest de aniquilados por el comunismo europeo y mundial.
Saque tetas señora Meloni
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Lunes, 26 de septiembre de 2022
Hace poco ha muerto el cineasta Jean-Luc Godard. Cuando era muy joven iba a la Cinemateca en La Habana a ver ciclos de Godard. Salía de allí admirado. Pero. No tenía que ver nada mi admiración, creo, con la obra de Godard. Tenía que ver con que, de joven, yo quería ser intelectual y artista y me dejaba impresionar por intelectualidades y artistajes mientras más crípticos y pretenciosos, mejor. Aún no había leído a Bernhard (ver más significa huir más lejos) ni a Léautaud (odio a Rodin, la gente barbuda me asquea profundamente) ni a Casanova (lo único que quiero es ir hacia adelante, hasta que encuentre la libertad o la muerte) ni a Rabelais (¿no es donosura morir con la picha dura?). Hasta que no se ha leído a los Maestros se es muy burro naturalmente.
Pero lo que quería anotar aquí es que releyendo a Alain Finkielkraut (algo que hay que hacer con frecuencia) encuentro esta declaración de Godard: “Los atentados suicidas de los palestinos, para conseguir que exista un Estado palestino, se parecen, a fin de cuentas, a lo que hicieron los judíos al dejarse llevar como corderos y exterminar en las cámaras de gas, sacrificándose así para conseguir que existiera el Estado de Israel”.
Es decir que Godard amén de cineasta era un gran canalla y un absoluto hijo de puta.
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Domingo, 25 de septiembre de 2022
Se cumplen 150 años del nacimiento de Paul Léautaud. Que yo sepa, en la prensa española, sólo se ha recordado al Maestro en un artículo algo fofo de Andrés Trapiello. Léautaud es uno de los más grandes escritores. Si gran escritor significa acercar la literatura a lo natural, a lo real, a un lenguaje recto, si tiene que ver con hacer la literatura menos mentirosa y desinfectada de imágenes, lloriqueos y lirismos.
Dejo aquí unos fragmentos de su Diario literario, a manera de homenaje.
“Qué diferencia entre un diario como el de Renard y el de Sthendhal, por ejemplo. De un lado, un hombre de letras, un artista, un enamorado del estilo, con todo lo que eso comporta de estupideces y de inutilidades, del otro, un escritor sin más”.
“En todo caso, por mi parte, no conozco opiniones que no se puedan expresar. No las conozco”.
“Cuando digo: belleza moral (palabras que me disgustan soberanamente), me refiero a falta de hipocresía, franqueza, independencia de espíritu, desinterés por los juicios de los demás, todo eso que los idiotas llaman cinismo y perversión”.
“Pienso que Rousseau y tras él Chateaubriand han hecho mucho daño a la literatura. Es de ellos de donde provienen todos nuestros declamadores. Suprimieron lo natural, tanto en el estilo como en los sentimientos. Crearon una pose, una actitud tanto en la forma, la expresión, como en el espíritu. Tal vez sea verdad que crearon ciertos sentimientos, ciertos estados del alma, como dicen los charlatanes. Todos los tenemos, pese a nosotros mismos, sin haberlos leído mucho ni al uno ni al otro, por ejemplo yo, que de Rousseau solo conozco las Confesiones y de Chateaubriaud, Atala, que hojeé un día y dejé enseguida, junto a algunos fragmentos de sus Memorias. Su influencia actúa sobre nosotros a través de otros escritores. Eso no impide darse cuenta y lamentar lo que nos han hecho perder de naturalidad, de sencillez, de facilidad, de ingenuidad”.
“Quiero decir exactamente: la tragedia, la tragedia de Corneille y Racine sobre todo, ha estropeado nuestro teatro introduciendo la declamación. Pues bien, Rousseau y Chateaubriand han estropeado nuestra literatura introduciendo igualmente la declamación. Un escritor que declama, no hay nada más despreciable”.
“Un artículo de André Malraux: Sobre la herencia cultural, con estas líneas finales: Es día a día y pensamiento a pensamiento como los hombres recrean el mundo para uso de su gran destino. la revelación no les da sino la posibilidad de su dignidad; a cada uno, hacer de esta posibilidad una posesión. Pero, para eso, nosotros, los intelectuales –cristianos, liberales, socialistas, comunistas–, a pesar de las ideologías que nos dividen, buscamos las voluntades que nos unen. Ya sé que todo pensamiento elevado, toda obra de arte es una posibilidad infinita de reencarnación. Y el mundo secular no puede adquirir su sentido sino con la voluntad presente de los hombres”.
“Uno se pregunta qué quiere decir esto. Todo el artículo tiene el mismo énfasis. Estoy muy tentado de consider idiota a un hombre que escribe de esta forma”.
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Sábado, 24 de septiembre de 2022
La historia contemporánea de España debe aparecer en los libros de Historia en capítulo aparte. Ese capítulo ha de titularse La Gran Rendición. Y ha de narrar de la manera más clara, detallada y precisa cómo, por dinero (muchos negocios) y poder, los Gobiernos del PP y el PSOE vendieron (más bien subastaron) la nación española (la única que hay en España) y la libertad y la igualdad de los españoles a dos grupos de fanáticos racistas (nacionalistas catalanes y vascos).
Hasta que este capítulo no aparezca en todos los libros de texto de las escuelas españolas, no existirá España.
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Jueves, 22 de septiembre de 2022
Saliendo de la ciudad nos extraviamos un poco y rodeados por los montes etarras del País Etarra llamado también País Vasco pensé que eran montes parricidas que tanto como el paisaje moldea a los hombres los hombres moldean el paisaje y me llenó de espanto la proximidad de esos montes ese espanto indistinguible de la furia que siento a veces y levanté la cabeza y hasta el cielo estaba cubierto de esquirlas y salpicaduras y comprendí al fin lo que me pasa el malestar que siento al escuchar la jerigonza euskera y es que se trata de una jerigonza que rezuma sangre.
5114
Miércoles, 21 de septiembre de 2022
Ya había visto la famosa playa de la Concha desde la casa del pintor Schnabel en el monte Igueldo. No me pareció gran cosa. Un recodo o más bien rinconera desangelada con protuberancias pedregosas que emergen del agua helada un lugar más adecuado para morsas u osos polares que para seres humanos. Ahora, de cerca, una pasarela metálica y lúgubre que se adentra en el mar y termina en una escalera que se mete en el agua una clara invitación al suicidio. Y en las calles los árboles la gente los coches los animales los parques los monumentos los jardines los carteles anunciando las películas que se exhiben en el festival los bares y tabernas las callejuelas que desembocan en iglesias siniestras y en la falda de los montes que rodean la ciudad y en el interior del espléndido teatro dos mil quinientas butacas y en las conversaciones y en la cordialidad hoja de sierra (creo que es el euskera) de la gente y hasta en las flores se percibe una acechanza, un algo de barbarie.
Pasamos ante la casa donde nació Pío Baroja, pobre Baroja.
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Martes, 20 de septiembre de 2022
Me había jurado no visitar nunca más el País Etarra, también conocido como País Vasco. Incumplo mi juramento. Acudo al Festival de Cine de San Sebastián a ver Vicenta B., la última película de Carlos Lechuga.
La primera impresión de la ciudad es positiva, una ciudad bonita, me digo, pero a medida que transcurre el tiempo se me va revelando su tristeza sanguínea y su entraña tribal. Se come muy bien, eso sí. Los chuletones de La Cuchara de San Telmo son sencillamente gloriosos.
La película de Lechuga, un homenaje a su abuela, avanza firme al tiempo que tierna entre las ruinas de un país en bancarrota física y moral, y alcanza a ratos el poderío del poema. Un poema amargo, que pinta (nunca mejor dicho, el ojo de Lechuga es esencialmente pictórico) la realidad de una Cuba envejecida por la fuga de sus jóvenes. Jóvenes que huyen en busca de libertad y de un futuro de progreso del que carecen en la isla. Lechuga es un gran director de actrices, y la extraordinaria (por su mayestática sutileza) actuacion de Linette Hernández, es la cúspide de la excelencia de un elenco femenino sabiamente dirigido.
Comparada con su obra anterior (sobre todo sus largometrajes Melaza y Santa y Andrés), Vicenta B. evidencia que Lechuga ha alcanzado una madurez que le permite un lenguaje artístico de gran belleza plástica y musical poder evocador. Un lenguaje que, auguro, deparará en el futuro grandes alegrías a los amantes del cine en general, y del cine cubano en particular.
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Viernes, 16 de septiembre de 2022
El próximo domingo se convoca a una manifestación en Barcelona a favor de la enseñanza del español como lengua vehicular en las escuelas catalanas (que no son más que escuelas españolas, ¡que haya que recordarlo!). Bien. Hay que apoyarla. Pero. Me parece que ya es hora de dejar de mendigar ¿a nadie le da vergüenza lo del 25 por ciento? ¡Cuota de español en España!
¿Para cuándo una manifestación para exigir que la lengua vehicular de todas las escuelas en España sea, principal e ineludiblemente, el español?
El vasco, el catalán, el gallego el valenciano y demás son jergas menores cuyo papel ha de ser, como es lógico, un papel acorde a su importancia: secundario. Y en esa manifestación una enorme pancarta que proclame la inapelable verdad: que las jerigonzas regionales en España no son una riqueza sino una fuente de incordio, atraso, politiquería, chantaje, fanatismo, latrocinio, tribalismo, xenofobia, racismo y una pústula aldeana y cavernícola clavada en el corazón de la ciudadanía española (la única que hay en España).