Estampas
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Domingo, 16 de febrero de 2020
Hay muchos tipos de Paz la mejor (y la única y verdadera) es la Paz con libertad es decir la Paz que hacen posible las llamadas democracias burguesas de corte capitalista. Toda paz no es buena sólo esa que señalo baste decir que en Cuba hay una gran Paz y en China debe haber una gran Paz y hasta en Venezuela hay Paz, cuando los muertos los torturados y los encarcelados los pone sólo el bando enfrentado al totalitarismo, hay Paz; el tipo de Paz que preludia la gran Paz. Las sociedades totalitarias de izquierdas son sociedades en la que reina la Paz. Pero. La Paz sin libertad no es Paz.
La Paz es el estado ideal es verdad, qué buena la Paz qué dulce la Paz pero la Paz nunca ha triunfado sobre el Mal, sobre el Mal sólo ha triunfado la Guerra. La Guerra es quien ha hecho posible siempre la benéfica Paz, nunca se ha derrotado el Mal ofreciéndole Paz mediante la Paz o enfrentándolo a la Paz. Cuando el Mal se levanta hay que descabezarlo y para eso sólo sirve la Guerra.
Así Cuba, así Venezuela. Todo el que hable de devolver la Libertad y en consecuencia la Paz a Cuba o Venezuela sin Guerra es un cómplice un canalla o un traidor.
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Sábado, 15 de febrero de 2020
Diosa y El reto son mis libros que más alegrías me han dado. El primero se publicó en 2006 y el segundo en 2013. Aún hoy, sigo recibiendo correspondencia de lectores satisfechos, y hasta agradecidos. Como muestra, esta generosa carta.
Estimado Juan:
La curiosidad por “Diosa” surgió después de leer la emanación en la que contaba cómo aquella mujer de la tienda le dijo que leerlo le había cambiado la vida, amén de las reflexiones sobre la fidelidad, la pertenencia y la libertad.
Días después de aquello, mientras caminaba por un centro comercial de Madrid acompañando a la persona más importante de mi vida, y charlábamos de libros y algunas otras cosas, de repente me vino aquella entrada a la cabeza. Le dije que iba a darle una sorpresa a modo de libro y entramos en la FNAC con triste resultado, y en otra librería grande con la misma suerte.
No sé por qué intuía que a ella le iba a encantar, así que cuando nos despedimos le prometí que en el próximo viaje que hiciera para verla le llevaría el libro. Así que, dicho y hecho, cuando volví a la ciudad en la que resido por motivos laborales lo encargué dándole gracias infinitas a Amazon y en el siguiente viaje se lo entregué según la vi.
A los pocos días de aquello, un mensaje: “Me está encantando. Para la próxima vez que nos veamos debes haberlo leído tú también”. Ante una petición así no pude por menos que ponerme manos a la obra y empezar a leerlo cuanto antes.
Sucede que, cuando alguna lectura me engancha, no soy capaz de dejarla hasta que la termino, y así me sucedió con “Diosa”. Cuando terminé estaba como en otro mundo, no daba crédito a lo que acababa de leer. Me pareció de una belleza arrebatadora, salvaje, que te zarandea, te sacude, para al final liberarte después de haberte dejado en shock.
Terminamos de leerlo casi a la par y lo comentamos la siguiente ocasión que nos vimos. Ella, mucho más lectora que yo, me dio las gracias por haberle descubierto semejante maravilla y no se puede imaginar la satisfacción de comprobar que la intuición inicial de que le iba a gustar se había cumplido con creces.
Fue por entonces cuando pensé en escribirle unas líneas aprovechando que le conocía de twitter, pero no sé por qué al final aquel impulso inicial se desvaneció y no me puse en contacto con usted. Casi mejor así.
Cuando hace unas semanas surgió aquella conversación en twitter y me recomendó leer “El reto” directamente encargué dos ejemplares del libro. Llegaron a tiempo, justo antes de que yo hiciera el viaje de vuelta a mi ciudad, así que poco antes de marchar le pude entregar el libro a modo de regalo de Reyes.
Esa misma tarde, en mi primer vuelo, empecé a leerlo y volví a experimentar exactamente lo mismo que pasó cuando leí “Diosa”. De nuevo las mismas sacudidas, las mismas emociones y la sensación de haber leído un libro de una belleza casi hiriente.
Y es que al final ambos libros son un canto a la libertad, hasta dónde seríamos capaces de ser libres y de qué manera puede uno aprender a ser aún más libre, sin que por ello en todo momento deje de paladearse esa pureza que menciona en varias ocasiones.
Ni que decir tiene que “El reto” a ella también le pareció fascinante.
El caso es que después de haber leído los dos libros no quería que esta vez se escapara la ocasión de darle las gracias por haber escrito estas dos maravillas y decirle lo mucho que hemos disfrutado leyéndolos y, por qué no, también aprendiendo de ellos.
No quisiéramos despedirnos sin agradecerle los esfuerzos volcados en estos dos libros y decirle que seguiremos con mucha atención cualquier novedad que venga de usted.
Reciba un fuerte abrazo.
L. y J.
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Viernes, 14 de febrero de 2020
Una señora alcaldesa y diputada Anna Erra catalana autóctona ha pedido que no se hable en castellano (español) a personas que “por su acento o aspecto no parecen catalanas”, y me he preocupado un poco la verdad porque mis rasgos distintivos y mi aspecto y hasta mi acento están determinados por mi primer cerebro y como ya saben ustedes tengo el primer cerebro en la polla. Quiero decir que si nos encontramos para decidir en qué idioma me habla la señora Erra tendrá que mirarme la polla.
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Martes, 11 de febrero de 2020
Hoy en el diario El Mundo un suplemento muy emotivo sobre la muerte del periodista Gistau. La muerte de Gistau me impresionó tan joven pobre muchacho no sé bien porqué, no conocía a Gistau, ni siquiera me gustaba como escribía, demasiado literario para mi gusto. Pero. Me agradaba el Gistau personaje, lo que me llegaba en las televisiones y eso, vital, boxeador, cuatro hijos, guapo, grandullón y sanguíneo como se decía antes y hombre de familia, esto último tan formidable. Así que me conmovió la muerte súbita de Gistau, tal vez además porque uno se va acercando a la muerte y la muerte de los otros nos lo recuerda cada vez más. Pero lo que quería decir es que en el suplemento de marras hoy, entre todos esos artículos emotivos y emocionados y hasta merecidos eché en falta el periodismo. Cómo murió Gistau, de qué murió Gistau. Qué pasó. Algunos escriben tímidamente como en una neblina: accidente. Accidente. Qué tipo de accidente. Cómo, en qué circunstancias, ya sé que la vida es azar, pero hasta el azar una vez desencadenado puede anotarse.
Todo un folleto lleno de periodistas amigos y hermanos y camaradas y que se eche en falta en la hora luctuosa de la despedida del periodista, el periodismo.
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Lunes, 10 de febrero de 2020
A veces me pregunto si las mujeres tienen un sentido de solidaridad de género del que carecemos los hombres. Esas manifestaciones multitudinarias que vemos en España, en defensa de una mujer o de temas que conciernen a la mujer como género, son ajenas a los hombres, a lo masculino. No sé si esto obedece a una pulsión genética, a un tipo de hermandad fundamentada en el gestar y en el parir. Lo mismo se da esa solidaridad lo he notado en una mujer de gran inteligencia y preparación profesional una mujer eminente que en una mujer de inteligencia promedio y someramente alfabetizada. Las mujeres suelen tomar partido por las mujeres. Lo que no quita que puedan ser y sean feroces cuando compiten por un hombre o por cualquier otro motivo. Esa solidaridad a la que me refiero, en sus expresiones extremas, llega a presentar rasgos de racismo de género. Un fenómeno social nuevo, hasta donde sé. Un fenómeno social incentivado, promovido, financiado e ideologizado por la izquierda española. Los hombres no practicamos la solidaridad de género. Nuestra solidaridad, creo, no está relacionada con que el depositario de esa solidaridad sea hombre. Es posible que la solidaridad femenina de género, como asunto antropológico, al margen de la ruin estrategia política de la izquierda española, haga a las mujeres superiores. Más “humanas”, más empáticas, más fraternas. Pero.
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Domingo, 9 de febrero de 2020
Ayer es decir hoy ya tarde en la cama me dio por meditar algo que está muy sobrevalorado y que no hago nunca porque atrofia el cerebro y envilece el talento porque meditas siempre desde un marco, desde un amansamiento previo desde una cobardía y desde una sumisión, y llegué a la conclusión verdadera e inapelable de que el único sentido del acto de escribir de la escritura honestamente encarada es insultar, insultar todo burlarse de todo de ti mismo (lo más difícil, somos animalitos espejo) y de la alimaña humana siempre ridícula y patética y siempre éticamente oportunista y creída y mierdecilla y siempre tan imbécil. Y. Allí en la cama, tarde. Concluí además que todo el que hable de su Identidad de cualquier tipo de Identidad que lo incluye es definitivamente subnormal y poco fiable tan poco fiable como un izquierdista que son como se sabe los miembros de una tribu la tribu con mayor capacidad para chuparse la propia polla ¡siempre llegan! hasta de pie en medio de un campo de exterminio soviético o en una granja para maricones cubana ¡llegan! se la chupan y eso despeja sus almitas tribales ¡llenas de Identidad! y les otorga una paz envidiable. La misma paz envidiable que se tiene yo mismo a los que creen en Dios. Pero. A lo importante el sentido de la escritura qué sosiego al constatar lo del insulto y la burla como gran sentido del acto de escribir ya yo vengo insultando y burlándome de mucho nunca lo suficiente pero lo hacía de una manera impulsiva y algo limitada porque así me salía del cerebro algo en mi cerebro me decía por aquí por aquí por aquí es por aquí, creo que a partir de ahora insultaré mejor. Pertenecer es traicionarse es lo que vengo a decir.
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Sábado, 8 de febrero de 2020
A veces el perro dormido gime. Se le agitan los párpados y el pelo del lomo le ondula como si por debajo le pasara una serpiente y su respiración se hace entornada. Los gemidos que emite tienen un poco de paraje artero y otro poco de fetal indefensión. Yo aparto los ojos del libro y lo miro y veo al perro, que es mi perro negro el más musculoso esbelto y veloz el más animal de presa de la reminiscencia de ser un animal de presa quiero decir, atravesando unos prados llenos de una niebla de cristal yo antes podía entrar a esa niebla de cristal pero algo me ha pasado y ya no puedo. Esa niebla es a veces blonda e infantil en los gemidos del perro y a veces la niebla misma es el perro, pero, cuando eso sucede sé que la niebla intenta engañarme. Entonces me quedo quieto escuchando sólo los gemidos del perro porque temo que si la niebla sabe que la veo, que sé que está ahí, se tragará a mi perro y quedará atrapado para siempre en esos prados colmados de niebla que me están vedados. Así que permanezco inmóvil hasta que su respiración se sosiega y sé que ha regresado y sólo entonces me atrevo a mirarlo otra vez y regreso a la lectura.
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Viernes, 7 de febrero de 2020
Leo mucho, pero se me acumulan las lecturas. Acabé los poemas de Ocean Voung y estoy leyendo su novela (mejor que sus poemas pero a veces se pasa de azúcar), tres libros de Ingeborg Bachman (dos terminados) una especie de Bernhard pero sin punta y sin filo, termino el de Scruton (del que leeré más, todo posiblemente) un libro alimenticio un libro limpia telarañas, leí el de Alain Corbin del silencio muy bonito y el de Finkielkraut (del que leeré más, todo si es posible) y estoy leyendo otro de Goldberg sobre los asesinatos en masa que comienza un poco we are the world we are the children, pero que va despegando. A la espera otro de Goldberg sobre el papel de la Iglesia en el Holocausto que promete mucho la Iglesia siempre de parte del último asesino y del más connotado hijo de puta. También esperan además los turcos de Enrisco y uno de Reguera Saumell cada vez me cuesta más el tema cubano. Y aún las Reflexiones sobre la Revolución en Francia de Edmund Burke y Naufragios de Cabeza de Vaca (relectura) y algo de Bernhard (una cosita pero algo es algo) que voy dejando y dejando para después porque no quiero terminar de leer a Bernhard siempre quiero que me quede algo sin leer de Bernhard. Ya no leo como antes como cuando era niño. Pero.
A veces pienso que lo único que me ha interesado verdaderamente en la vida es leer.
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Jueves, 6 de febrero de 2020
Leo a nuestro primer Espada, por la muerte de George Steiner que ha dejado unas cartas donde (dice) sí que cuenta su vida real. Hay que esperar hasta 2050, así que nunca leeré esas ya famosas cartas de la vida real de Steiner. Me hubiera encantado leerlas. Tiene razón Espada, posiblemente sean lo mejor de la obra de Steiner esas cartas donde intentó, repito, intentó, escribir lo real.
Hay una distancia insalvable entre lo real y lo escrito. Yo no creo que se pueda escribir lo real. Los relatos verídicos no existen. ¿Dónde están? Léautaud, sí, se acercó. Pero. ¿Quería follarse a su madre Léautaud? No lo sé, sólo hay insinuaciones. Literatura. Claro, tenemos que escribir como si existieran los relatos verídicos; es como lo del libre albedrío. Sabemos que no existe, pero es imposible vivir sin la ilusión de que existe. Y luego está la realidad de los otros, los que forman parte de tu vida. ¿Tienes derecho a escribir su realidad porque es parte de la tuya? Ese es un problema capital tal vez insuperable, por motivos éticos ¡y legales!
También, creo que hay una enorme vanidad en lo de los secretos dejados a la posteridad. ¿A quién le importarán de aquí a cincuenta años? Para no hablar de que el tiempo irá cambiando ¡reescribiendo! el texto demorado. Lo honrado es decir a todos (a las pocas personas que leen, se entiende, y que saben que existe y hasta quizás se interesen por el escritor) lo que crea el escritor que tiene que decir, mientras vive. Cuando aún puede sufrir las consecuencias por lo que ha escrito, ¿no quería realidad? Después de muerto, uh. Sin un cuerpo vivo detrás la escritura es, si cabe, aún más irreal.
Lo dicho no significa una disminución de la importancia de la ficción, que es una necesidad social y una herramienta fundamental de la Civilización, sin ficción, ya sea escrita o pintada no serían posibles los avances tecnológicos, sin Mondrian o Picasso no habría realidad virtual ni i-Phone. Me parece del todo evidente que no se puede ir a la Luna si antes no se ha escrito una ficción en la que vamos a la Luna.
¿Carece de sentido, entonces, para un escritor (no hablo ahora de novelistas o cuentistas), perseguir la escritura real? De ninguna manera. De hecho es lo único que vale la pena. ¿No es acaso nuestro destino, desde los albores del mundo narrado desde el primer narrador, tratar de escribir lo imposible, lo que no se puede escribir?
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Miércoles, 5 de febrero de 2020
Hay personas que, de buena fe, cuando escribo en Twitter “Gracias Rajoy por tu 155 de mierda”, a modo de coletilla a algún nuevo desmán de los nacionalistas catalanes o vascos, creen que exagero o que estoy siendo injusto. A mí me parece insólito. ¿De verdad alguien cree que si Rajoy hubiera aplicado un 155 como exigía la situación es decir tomando control absoluto de la Autonomía catalana estaríamos en la situación en que estamos hoy?
Era el momento de poner freno de una vez por todas a la prepotencia tribal, al antiespañolismo rampante, al racismo y a los pujos supremacistas de los nacionalistas catalanes y vascos. Rajoy pudo hacerlo pero escogió la mediocridad, la cobardía la irresponsabilidad y la desidia. ¿Alguien cree que España y el Gobierno de España y los españoles libres e iguales estarían hoy como están en manos de sus enemigos (sí, sus enemigos) si se hubiera parado los pies a los supremacistas tribales en Cataluña?
¿Alguien cree que los neoetarras vascos y los del Pnv (dos patas de la misma mesa del racismo tribal vasco) se atreverían a acelerar su plan de vaciamiento del Estado español si se hubiera parado los pies a sus congéneres catalanes con un 155 contundente que desmantelara el aparato propagandístico y el vil adoctrinamiento antiespañol al que someten a los niños españoles (todos los niños) en Cataluña?
¿Alguien cree que el grosero y desfachatado ascenso del tribalismo español sería posible si Rajoy no hubiera actuado como un mediocre calculador cobarde y mendaz, si hubiera mandado el mensaje que había que mandar a los tribales separatistas racistas catalanes y vascos? Era un mensaje muy simple:
Lo que han hecho en Cataluña, es cruzar la línea roja que no se puede cruzar en España. Los que la crucen pagarán un alto precio, perderán el poder y la autonomía por el tiempo que España estime pertinente. Este es el momento y el lugar de nuestra Historia donde los españoles libres e iguales dicen basta y plantan cara a los nacionalistas racistas tribales españoles.
Pero Rajoy eligió el compadreo miserable la politiquería y la traición a su deber para con los españoles libres e iguales. Sí, ya sé, otros antes que él hicieron lo mismo. Y qué. Las cosas son como son hasta que alguien hace lo que hay que hacer para que dejan de serlo. Él pudo detener la sangría. No lo hizo. Es el máximo responsable por tanto de la catastrófica situación actual. Rajoy y su 155 de mierda.