Estampas

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Martes, 14 de abril de 2020

Por lo del 40 aniversario de Mariel y el formidable homenaje que ha publicado Hypermedia Magazine, he estado revolviendo papeles y abriendo cajas en busca de fotografías y documentos relacionados con la gloriosa estampida. Ha sido emocionante. Y divertido a veces. Por ejemplo, al encontrar el manuscrito de los famosos Treinta Truculentos Trabalenguas de Arenas en los que se burla de escritores y de personajes de la farándula cultural isleña y extranjera. Vuelvo a escuchar su gran risa. El trabalengua dedicado a García Márquez y Carmen Balcells es una delicia. Qué acidez gozosa, qué irreverencia fundamental, qué prodigio de musicalidad. También encuentro fotos que había olvidado y cartas aún más olvidadas. Como esta qué envié qué ingenuo al diario El País:

Cartas al Director
La escritora Belén Gopegui ha visitado Cuba. Allí, según la prensa, ha declarado que el de la isla es, cito: “el proyecto político que más me interesa apoyar en estos momentos. Es un proyecto admirable y ojalá dure mucho tiempo y se extienda por todo el mundo”.
Semejantes aspiraciones se refieren a un país donde no hay libertad de prensa, ni de expresión, ni de asociación, ni derecho a huelga ni a organizarse en partidos políticos; donde se prohíben libros (los míos entre muchos otros) y donde se condena a escritores, poetas, bibliotecarios y periodistas independientes a veinte años de cárcel simplemente por no acatar la censura oficial. Un país donde existe una ley llamada “de peligrosidad” que condena a un ciudadano no por delinquir sino porque la policía estime que tiene propensión a hacerlo. Entre otras lindezas totalitarias.
Yo defiendo el derecho de Gopegui a desear semejante destino para ella y sus conciudadanos, pero le pido por favor que tenga la gentileza de avisarme en cuando descubra que España está en camino de convertirse en el paraíso fidelista de sus sueños, para escapar lo antes posible. Como tuve que escapar hace veinticuatro años de Cuba. No estoy dispuesto a pasar otra vez por semejante horror.

Juan Abreu



Basta revolver un poco la hedionda basura izquierdista española para comprobar que lo más hediondo de esa basura es la basura literaria e intelectual.

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Lunes, 13 de abril de 2020

Hoy mis apreciados lectores del género masculino (y del femenino superior y liberado), una gran verdad una verdad fundamental que nadie les dirá sino yo. Esta: sin un coño cálido, cercano, a tu disposición, la vida no vale la pena. Sin un coño cálido, cómplice y a tu disposición vivir la vida no vale la pena no se dejen engañar amigos míos un coño cálido, cercano, cómplice y a tu disposición es la medida de todas las cosas la medida de la vida y la medida de la felicidad y del estar vivo. Todo lo demás es intelectualismo e hipocresía y es represión y es tener las prioridades equivocadas y es cháchara oscurantista.

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Viernes, 10 de abril de 2020

Las lectoras de mis libros que tratan de sexo, es decir que tratan de la libertad, son mis lectoras más queridas. No tengo manera de pagarles su generosidad. Hace unos años, cuando era más joven y no había pandemia, me hubiera ofrecido a ellas como animal de compañía o esclavo sexual. Pero. El tiempo pasa y nos lleva. Siempre digo con la mayor razón que mi libro De sexo es el libro con los más bellos aledaños que se ha escrito jamás. Quién puede negarlo. Miren esta foto que me acaba de llegar. Qué mujer. Una mujer así, véase la armonía de las formas véase el resplandor de la piel véase el excelso abandono del escorzo que baja al valle para calmosamente ascender a la gloria de un culo perfecto. Yo fundaría una secta dedicada a venerar ese culo porque sólo veneración merece tanta belleza.

Nada en mi vida de escritor, que es toda mi vida, me ha dado más alegría, nada me ha hecho sentir más orgulloso que estas fotos que me mandan mis lectoras, agradecidas, me dicen, porque mis libros las han hecho más libres, más conscientes de que el sexo es amoral y es alegría de vivir y de que todo lo que se deja de hacer hay que darlo por perdido.

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Jueves, 9 de abril de 2020

Cuarenta años. Yo era un muchacho aquel luminoso abril y estaba a punto de lanzarme al mar y dejar atrás para siempre la isla aciaga y pavorosa. Aún no había leído a Bernhard pero ya sabía que ver más significa huir más lejos. En estos cuarenta años felizmente alejado de la isla ominosa he escrito mucho y pintado algo también y todo lo que he hecho ha estado y está signado por la fuga la libertad y venganza. Vivimos una época hipócrita y de pensamiento vacuno y la venganza y la libertad (no se dejen engañar) están muy desacreditadas. Pero. Yo soy discípulo del Homero de la Matanza de los pretendientes y del Arenas del Encadenamiento del fraile en la Prisión de los Toribios. A ellos regreso una y otra vez en busca de sabiduría. Cuarenta años. Durante esos cuarenta años he sido un marielito orgulloso Mariel es la marca de agua de mi trabajo y es la marca de agua de mi vida. Mariel es el agujero en la cerca de la plantación, Mariel es el túnel bajo el vigilado muro de la cárcel. Mariel es el momento en que el esclavo emerge de la oscuridad donde ha estado encadenado y sale a la luz y sabe que tendrán que matarlo para arrebatarle otra vez los fieros bosques y las triunfales praderas.

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Miércoles, 7 de abril de 2020_

Hoy al abrí los ojos y había en la habitación un brillo musitado y me asusté mucho porque me dije empiezas a contagiarte a tener una mirada lucaslírica del mundo. Es cierto que el metaforeo brillo musitado está muy por encima fuera del alcance diría yo de un Lucas Lírico. Pero aún así me dije ándate ojo avizor y sentí una cierta inquietud intelectual. Tengo que vigilarme.

Yo siempre me duermo al instante toda mi vida ha sido así pero anoche se me puso dura cuando me acosté se me ocurrieron cosas muy obscenas e indecentes incluso para mí y estuve un rato dando vueltas demoré en dormirme y me dormí con el pito tieso supongo que en las primeras horas de sueño se me haya ido desinflando. No sé. Porque por la mañana lo tenía tieso igual. Lo de la plaga me ha subido la libido creo que ya se los dije no sé si a ustedes les pasa lo mismo. Veo chochos por todas partes.

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Martes, 7 de abril de 2020

Leo en el blog de Sergio Campos sobre Te voy a hacer una autocrítica (Diccionario para entender a los humanos) de Josean Blanco (Perroantonio). Dice Campos que el libro es “uno de los mejores libros que se han publicado en España en los últimos años”. Las opiniones de Campos son muy de tener en cuenta así que de inmediato compro y leo el libro. Y. Efectivamente. Un libro único. Verdaderamente original, que ya sabemos que es un animal literario precioso, pero en vías de extinción. La literatura española produce literatura chuche, longanizas izquierdo-históricas como las de Almudena Grandes y variados tipos de prosas correctas y en general mansas y sosas y algodonosas y al servicio de algún Señor. No es el caso ¡albricias! de este diccionario de pulso afilado y de dentellada elegante por veraz. Corran. Cómprenlo y léanlo. Es una lectura ideal para estos tiempos que no sólo nos confinan, sino que exigen una especie de conciencia colectiva atildada, vacuna, aplaudida y de corral.

Les dejo algunas gemas:

elecciones. Mecanismo que permite renovar periódicamente a los representantes que no hemos elegido para que hagan lo que no queremos.

dios. Para las religiones del Libro, creador irresponsable de todas las cosas. Vago. Trabajó seis días. Desde entonces se limita a fisgar y a poner nota. Se escribe con mayúscula.

academia. Consejo de ancianos, formado por artistas, escritores y filólogos al que la autoridad pública encarga la tediosa tarea de entorpecer la natural evolución de las artes y las lenguas.

utopía. Representación del ideal de una sociedad en donde todo funciona pero no apetece vivir debido a la altísima concentración de tedio, mediocridad y moralina.

tolerancia. Práctica social que consiste en soportar con resignación que los idiotas expresen públicamente lo que piensan o cocinen un ornitorrinco porque lo exige su dios. Contra lo que piensan algunos seres inocentes, la tolerancia no consiste en admitir que sus ridículas ocurrencias e irrisorios comportamientos son tan respetables como nuestras civilizadas ideas y elegante proceder, sino en renunciar a llevarlos a la hoguera por ser impermeables a la luz de la verdad y la ilustración.

identidad cultural. Tufo a ritos y costumbres que se excreta para ser identificado por la manada propia. Sólo funciona en las distancias cortas. A partir de 10 metros puede reemplazarse por una camiseta de fútbol.

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Lunes, 6 de abril de 2020

Mi amigo actor sigue enviándome las baratijas destacadas de Lucas Lírico cada mañana. Lo mejor de Lucas Lírico es que no deja de superarse, convenimos. Cuando uno piensa que ha alcanzado la cumbre del metaforeo pimpinela al día siguiente alcanza cotas aún más elevadas. Barajamos la posibilidad de publicar un audio libro con las lecturas de las joyas más ridículas de Lucas Lírico. No sólo sería un formidable divertimento para millones de personas encerradas por miedo a la plaga, también sería un superventas. El proyecto presenta algunas dificultades evidentes, la primera la autoría de las tragicómicas patochadas, pero yo pienso que la lectura magistral de mi amigo las eleva a otro nivel y las despoja de todo lucaslirismo, convirtiéndolas por derecho propio en obra de quien las declama. Hablamos de que yo escriba un prólogo al audiolibro. Creo que deberíamos empezar a pensar en un buen título.

Termino Stoner. Stoner es la oveja alfa de la especie. Stoner es la cobarde mansedumbre. Hay un momento al final cuando Stoner, que ni siquiera ha sabido vengarse apropiadamente del tullido Lomax, piensa en su esposa bruja y recuerda el día en que la conoció, joven y bella, y se enternece; es algo asqueroso. Stoner es el hombre sumiso el hombre castrado de nacimiento, por eso lo adoran los literatos. Sin embargo, la novela tiene algo especial tengo que reconocerlo. Es la única novela que ha despertado en mi un feroz deseo de armarme apropiadamente y salir a la calle a disparar a todo el que me encuentre. Si somos Stoner. Qué más da.

Hoy leeré a Homero la matanza de los pretendientes para desintoxicarme y desinfectarme de Stoner. Y para celebrar mi cumpleaños, además.

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Domingo, 5 de abril de 2020

Reescribo por cuarta vez Mo y yo. Ya ha perdido cerca de veinte páginas. En el comienzo, esto me parece importante, había un bosquecillo de pinos y en su lugar he plantado unos cipreses. El bosquecillo de pinos era una verruga literaria un adorno y en este momento lo que importa es desadornar. El hueso lúcido. Los cipreses, al contrario de los pinos, insuflan en la historia que es la historia de la gloria y el triunfo de dos amantes, una llamada funeral. Este eco de muerte, de acabamiento, que no corresponde a nada que acontezca en la novela salvo por la funeral presencia de los árboles, pertenece al futuro de los personajes, un futuro del que no se ocupa la novela, un futuro que se niega al lector. Los cipreses regresarán en las últimas líneas para poner la gota de muerte y hasta de fracaso en el esplendor del arrogante final.

Tal y como es cierto que la vida no conoce libertad alguna tampoco conoce triunfo alguno el amor porque ese triunfo sea cual sea su magnitud y su esplendor ya contiene desde su nacer mismo la gota de muerte que lo destruirá.

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Sábado, 4 de abril de 2020

Con lo de la plaga me ha dado por las pajas de estoy vivo. No son pajas portentosas como las que te hacen, las mejores, ni pajas airadas que en general obedecen a la falta de mujer, o lo que prefieras. No. Son pajas de autoafirmación, uno las opone al vacío y a la soledad (no se crean el cuento de que no estamos solos siempre estamos solos); son pajas semejantes por cierto a las pajas que nos hacíamos en el ejército en las guardias cuando llegaba la atroz madrugada eran turnos de 24 × 24 es decir un día entero de guardia y otro de descanso. Y vuelta a empezar. Durante meses. Y digo nos hacíamos porque mis compañeros me comentaban que ellos también se hacían estas pajas en la atroz madrugada. A mi me salvaron se las recomiendo estas pajas de ¡estoy vivo! en aquellos tiempos y aún me salvan.

He retomado Stoner por otro lado y a partir de que el personaje se casa con una mujercita una perfecta bruja insatisfecha y tarada se anima un poco hasta ahí me aburrió la novela me aburre mucho cada vez más lo literario bien escrito. Ahora ya se han muerto los padres de Stoner y se ha ensombrecido todo y se ha hecho ofensiva a mis ojos la debilidad de Stoner y la esposa bruja es aún más bruja no sé que hará Stoner pero yo si fuese Stoner la dejaría o en caso extremo la envenenaría o algo.

En la vida nos damos cuenta tarde o nunca de que las únicas decisiones que tienen importancia y que cambian el natural sin sentido de la vida son las decisiones extremas.


Todos somos Stoner

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Miércoles, 1 de abril de 2020

Cada día temprano mi amigo actor sigue enviándome las ridiculeces más notorias y los más floridos culipandeos de Lucas Lírico. Hablamos de ese diario de la plaga (Inquilino del KM 0, El Mundo) que se ha convertido en regocijo de nuestras mañanas y que es ya un clásico de la bobería, el tócome los huevos pomposo y la penuria intelectual. Y me apunta algo mi amigo, ¡qué gran voz!, un aspecto que había escapado a mi atención. O sea: el hecho de que la indignidad literaria de Lucas Lírico no está en sus metáforas absurdas y castañuelas, lo que es extraordinario y lo convierte en un escritorzuelo son frases como esta: Me estoy jugando la ansiedad por vosotros. A las 15:12 hemos recogido las bandejas de comer. Ahí está el punto de pus de este pájaro, me dice. En esa prosa vulgar y gris y aparentemente limpia a la que sólo él es capaz de insuflar la gota de pus que la convierte en una afrenta.

Y tiene razón. No son sus despelotes pimpinela lo que ofende de Lucas Lírico, lo que ofende es su desfachatada pretensión de ser algo verdadero.


Un hombre libre

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