Estampas
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Sábado, 26 de diciembre de 2020
La mañana muy fría el sueño inquieto y despierto con la sensación de que el mundo se va vaciando. A las once voy a ver a mi gato amarillo y lo encuentro tal vez un poco mejor la veterinaria es muy joven y emplea una jerga técnica para disimular su inexperiencia. Mañana lo sacaré de aquí y lo llevaré a casa. La clínica está en Barcelona y detesto ir a Barcelona una ciudad que debería ser bombardeada sobre todo los edificios gubernamentales cada quince o veinte años a lo sumo. El gato amarillo trata de maullar pero emite unos sonidos lastimeros, será por un tubo que le han insertado en el cuello y que va al esófago por ahí lo alimentan. Ronronear sí. Ronronea en cuanto le hablo y lo acaricio. Yo lo veo más repuestico, como decía mi madre generalmente cuando visitaba a un enfermo ya en las últimas. En la vida no hay motivo alguno para ser optimista, pero con mi gato amarillo lo seré.
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Viernes, 25 de diciembre de 2020
Regreso de la clínica donde mi gato amarillo pasó la noche. Puede que todo se deba a una infección en la vesícula que es bastante común me dice la veterinaria (debido al horror de estos días de fiesta lo he tenido que llevar a otro veterinario) y se resolverá con antibióticos. O. Puede que sea algo peor. Hay que esperar el resultado de las pruebas. Hoy, también, pasará la noche en la clínica. Le han rapado parte del cuello y de la barriga y le han puesto una vía para alimentarlo se ve desmejorado mi gato amarillo. Aunque se puso a ronronear enseguida cuando le pasé la mano por la cabeza y le dije ¿cómo está mi niño? Qué poca cosa la vida en dos míseros días ha perdido mi gato amarillo su gran belleza.
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Jueves, 24 de diciembre de 2020
Hoy comeremos cordero, soy cada vez más alérgico al cerdo en mi alergia general a todo lo pavoroso lo del cerdo destaca. Ya en mi novela Cinco cervezas (2004) hablo de estas alergias que me provocan las comidas cubanas. Todo en mi rechaza ya la pertenencia. Lo veo muy saludable hay que huir cada vez más lejos del lugar donde uno nació en todos los sentidos. El lugar donde uno nació es siempre una trampa y una estafa. Tostones y frituras de malanga sí que comeremos hoy, ay, tengo aún mis debilidades; en este año que viene trataré de remediar eso, aunque con lo de la malanga no sé si podré. En la casa de la infancia en Nochebuena después de la cena (antes que nos liberaran aunque pobres y hasta muy pobres cenábamos opíparamente) solíamos sentarnos en el muro del portal a mirar el cielo en busca de una estrella fugaz para pedir un deseo.
De todo aquello sólo queda la costumbre de pedir un deseo así que hoy pediré a mi madre, estrella fugaz, que me de fuerzas para enfrentar al enemigo con la mayor entereza y de la manera más implacable. Así sea.
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Miércoles, 23 de diciembre de 2020
Al amanecer el gato amarillo se quejaba unos maullidos muy extraños y cuando bajé no se movía y sacaba y metía la lengua compulsivamente y soltaba una baba gruesa pensé que lo habían envenenado y enseguida recordé a mis perros envenenados por los vecinos en la isla pavorosa y sentí una furia inmensa la santa furia el famoso “pronto” de los Abreu y lo acaricié y le pregunté qué le pasaba y me dije cálmate Abreu cálmate no te dejes llevar por los genes Abreu que son dados a estos “prontos” vuélvete hacia tu madre dulce y compasiva y eso hice y me calmé y metí al gato en su jaula de ir al veterinario y lo llevé al veterinario y todo el viaje pobrecillo estuvo maullando desconsolado. Yo iba pensando si un vecino me envenenó el gato lo despellejaré vivo es lo menos que le haré me abandonaré a mis genes Abreu y daré la espalda a los genes de mi madre. El veterinario le puso una inyección parece una intoxicación me dijo y no ve gravedad y he de estar atento a su comportamiento en las próximas horas y tengo que darle unas pastillas mezcladas con la comida disminuirá el efecto de cualquier cosa tóxica que haya ingerido. Eso me dijo. Además le hizo una ecografía del corazón porque había una posibilidad, pequeña, de que los males de mi gato amarillo tuvieran que ver con alguna dolencia cardiaca. Dijo. La ecografía no mostró nada digno de inquietud por suerte. Regresé a casa más tranquilo el veterinario muy amable y regresé meditando acerca de esa dualidad genética heredada que me hace dulce y compasivo (sobre todo con las mujeres) pero si es necesario me arma de una furia ciega la santa furia es decir el famoso “pronto” de los Abreu. Creo que es la combinación perfecta.
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Martes, 22 de diciembre de 2020
Viene a Barcelona mi amado Rey Felipe VI (ahora soy muy monárquico) pero viene, dice, en viaje de carácter privado a entregar el Premio Cervantes a un poeta local (en España hoy por hoy sólo hay poetas locales), a un Margarit poeta espantoso. Es cierto que el premio Cervantes se lo dan a cualquiera. Pero. ¿Un viaje privado? ¡A entregar el premio más importante (dicen) de las letras españolas! Pamplinas. El Rey se ha rendido es la conclusión que saco del viajecito. Viene a hurtadillas y con la española cabeza baja. No quiere molestar a los bárbaros. Pero. Un Rey viaja como un Rey o no viaja y no se acobarda ante una tropa de bárbaros (tribales periféricos) siempre ha de comportarse como un Rey, incluso en el cadalso. Comportarse como un Rey, ser Rey, enfrentarse a los bárbaros, eso es lo que hace Rey a un Rey.
No quería molestar a los tribales catalanes. Y. ¡Viaje privado! ¡Que sólo se anuncia cuando el Rey está de regreso a la seguridad en Madrid!
Y la prensa española como puta en Cuaresma.
Qué vergüenza.
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Domingo, 20 de diciembre de 2020
Ya es hora ¿no les parece? de dejar de andarse por las cobardes ramas y llamar a las cosas por su nombre. Si se rasca un poco y se deja uno de ficciones y de buenos deseos e intenciones y de voluntad de vivir juntos los distintos tralalá qué bonito, lo cierto es que los independentistas catalanes y vascos encabezan un proyecto etnicista. Y los respalda y vota un montón de gente. ¿Son mayoría? No. Pero eso carece de importancia. En cuarenta años nunca han sido mayoría, sin embargo han impuesto su proyecto etnicista a la mayoría no solo en sus provincias, sino en toda España. El etnicismo, sépanlo, no es más que el racismo de toda la vida, pero en plan posmoderno. Estos etnicistas o racistas posmodernos odian a los españoles porque les consideran inferiores. Quieren separarse para que no los confundan con la chusma española, no quieren ser libres, ya lo son, lo que quieren es librarse de la basura española. Métanse eso en la cabeza y déjense de la tontería de la convivencia (a la mierda la convivencia) o terminarán (no digo terminaremos porque yo escaparé a Portugal) gobernados por esos neo-racistas y viviendo como gente inferior en su propio país España (el único país que hay en España). Y con el tiempo, no lo descarto, terminarán de siervos de estos neo-racistas y se verán obligados a hablar las insignificantes jerigonzas vasca y catalana y a ponerse esas gorras como palanganas funerarias que usan los vascos o a encaramarse unos encima de los otros como los catalanes. O a cosas aún peores.
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Sábado, 19 de diciembre de 2020
Hoy gran niebla otra vez después de la lluvia grande tropical que dicen los literatos y el jardín está hinchado de la forma en que se le hinchan los labios a las mujeres que están muy calientes y que sólo se calman cuando la tienen dentro. Haré lomo de bacalao al horno con verduras que me queda bien hasta Espada hace unos días lo comió con gusto aunque me dijo que debía mejorar la calidad del bacalao. En boca del Espada gastrónomo eso es un elogio. El día húmedo y neblinoso es un día para leer y comer algo como mi bacalao al horno con verduras y beber un buen vino y después de comer regresar a la lectura y en el butacón adormilarme con el libro en la mano y al despertar echarme agua helada en la cara y seguir leyendo. Estos días sumergidos, lo digo por la serenidad la soledad y la extrañeza que hay bajo el agua, me gusta excavar en mi biblioteca y eso hago y encuentro el ensayo que dedicó Lezama Lima a Arístides Fernández soberbio pintor casi desconocido. El libro, muy bien editado e ilustrado, lo publicó la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación de la gran República de Cuba, en el año 1950. José lezama Lima, Arístides Fernández. Qué república aquella.
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Viernes, 18 de diciembre de 2020
Llueve un gran aguacero que no cesa sólo se atenúa a ratos para hacerse más fuerte toda la noche así y ahora veo amanecer. Oír llover y lo que trae la lluvia no hay metaforeo que pueda explicarlo. Se puede intentar yo mismo lo he intentado, pero nada que ver. Palabrería. Y hablando de palabrería mientras tomo el té una entrevista con Padura una de esas entrevistas complacientes que periodistas que viven en democracia hacen a escritores esbirros que viven bajo dictaduras de izquierda. Si la dictadura es de derecha será otra cosa, si es que lo entrevistan. Padura es un mentiroso y se pasa la vida mintiendo para literaturizar el castrismo (sus crímenes). Y, como es lógico, dice que no hay verdad que la verdad es relativa, cada cual con la suya y ¡viva Fidel! Pero. A ver, Padura. Si un negro te la mete por el culo (no digo que lo haya hecho, no sé lo que te gusta hacer con tu culo, Padura), no hay verdad alternativa la verdad única e inapelable es que un negro te la metió por el culo. La verdad es la verdad. Y yo me alegraría por tí si te la mete un negro, por cierto. No sólo por lo que disfrutarías, también porque va y te la mete el negro y descubres la verdad: que vives bajo una oprobiosa dictadura. No hay verdades relativas o alternativas, Padura.
Dos páginas de entrevista con dos fotografías de Padura en una de ellas Padura posa de frente exhibiendo toda su vulgaridad física y en otra está Padura de espaldas mostrando su culo caído y contempla Padura su barrio del que habla como si fuese el paraíso cuando no es más, a la vista está, que una especie de cochiquera, un basurero inmenso que se extiende hasta el horizonte. Se pasa Padura la entrevista lloriqueando gruesos lagrimones tribales y agitando la basura de la pertenencia ¡ay la tierrita, mi vino es amargo pero es mi vino! Mierda. Pertenecerás tú Padura a esa isla basurero esclavizada e infecta. Yo soy un hombre libre en el paisaje del mundo. Y si te cabe (¿cómo saberlo?) métete en el culo la isla. Y otra cosa, ya los escritores exiliados escribimos del exilio. Y lo hacemos muy bien. Tú concéntrate en seguir revolviendo la hediondez cultural y política cubana para que alcance ese tono folklórico costumbrista tan conveniente a los criminales, y tan Padura.
Y ahora seguiré viendo llover ya me cansé del escritorzuelo castrista Padura.
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Jueves, 17 de diciembre de 2020
Parece que ya está pasando el vendaval de mierda Maradona me asomo y sigue cayendo mierda, pero ya muy fina podría decirse que escampó. Cuánta estupidez. Suerte que Dios no existe si no se hubiera enfadado mucho al ver que lo comparaban con el drogata analfabeto pateapelotas. Hasta con filósofos griegos han comparado al analfabeto (en todos los sentidos) drogata pateapelotas, incluso periodistas y escritores inteligentes cuando escriben de fútbol sufren una especie de demencia anal (todo cerebro futbolero posee una suerte de ano que desea ser traspasado por el Maradona de turno, traspasado, al menos en la mayoría de los casos, sentimental y líricamente) el fútbol es una peste tribal universal pero tiene su lado bueno es el baremo perfecto para medir la estupidez humana, vendavales de mierda como el provocado por la muerte de Maradona ayudan a calcular con la mayor exactitud la profundidad de la estupidez de la alimaña humana actual.
Es abisal.
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Miércoles, 16 de diciembre de 2020
Gran niebla sabía que vendría porque ayer me empezaron a doler los huesos. No veo el jardín. Las naranjas refulgen en el vaho lácteo. Una telaraña ha atrapado cuatro estrellas cárdenas. Me quedo mirándolas y entonces sin que venga a cuento recuerdo la tarde en que vino C. para que la pintara me encanta pintar gorditas las tetas enormes son muy gustosas de pintar y estaba completamente depilada excepto el culo cosa curiosa que lo tenía muy peludo lo que me calentó mucho, lo del sexo es fascinante. Recordé todo eso de forma muy vívida mirando las estrellas atrapadas en la telaraña y se me puso dura enseguida ante toda aquella carne vivísima y consideré hacerme una paja mirando las estrellas cárdenas en la telaraña, pero al final lo descarté sé que fue un error después siempre me arrepiento.