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MIércoles, 23 de abril de 2025

Buscando otro libro encuentro el de Georges Suffert, Los intelectuales en Chaise Longue y casi no lo recuerdo así que lo abro al azar y me encuentro esta maravilla:

“Los escritores de derechas, en su mayoría, se han eclipsado o han muerto. Todavía surgen algunos que tratan de hacer que se hable de ellos. Pero la vida es dura para estos jóvenes. A falta de una celebridad ya adquirida, necesitan arrastrarse para entrar en las casas editoriales o en las revistas. Lógico, puesto que unas y otras, son de izquierdas. No pocos se irritan a causa de semejante situación y, en pleno arrebato, redactan con pluma vindicativa libelos destinados a que salte por los aires la fortaleza de la nueva intelligentsia. Esta sopesa la obra, a veces la publica y, entonces, observa el espectáculo. Es, en efecto, divertido. La jauría de los críticos se lanza ávidamente sobre el infeliz y lo despedaza diciendo que su obra es fascista. Si el autor tiene algún talento, emplean una táctica distinta: no se escribe una sola línea sobre su obra. El silencio es un arma temible, a condición de que sea prácticamente absoluto. Nuestro joven, después de esta aventura, acaso comprenda que, para alcanzar el éxito en las bellas artes, no hay más remedio que ser miembro del partido. ¿Qué partido? ¿El Partido Comunista? ¿El Partido Socialista? De ninguna manera. Sencillamente hay que ser miembro del partido de los intelectuales”.

Voy y pongo a Suffert en mi mesilla de relecturas, (tengo dos mesillas, una para primeras lecturas y otra para relecturas) junto al butacón.

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© Juan Abreu, 2006-2019