5943

Jueves, 27 de marzo de 2025

Voy al oftalmólogo ya la inflamación ha desaparecido y no tengo que volver hasta septiembre para un chequeo rutinario. En el saloncito de espera, mientras espero que me llame el doctor me pongo a leer el Diario de Kioto de Ernesto Hernández Busto, un libro delicioso que me hace regresar a Japón. No tengo nostalgias tribales ni de ningún tipo relacionadas con países en los que he vivido o visitado. Pero. Extraño Japón. Y me gustaría, esta es una confesión importante, volver antes de morir y si no puede ser que lleve alguien mis cenizas a aquel bosque de cigarras o a uno de los senderos que recorría Basho, y las disperse al viento.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019