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Viernes, 21 de marzo de 2025

“Amigo mío, si por desertar de la guerra que tenemos delante
tú y yo estuviéramos destinados a vivir para siempre,
sin conocer la vejez,
abandonaríamos; yo no lucharía entre los primeros,
ni te enviaría a la batalla que confiere gloria a los hombres.
Pero tal como están las cosas, cuando los ministros
de la muerte están cerca a millares,
y cuando ningún hombre nacido para morir
puede escapar de ellos o siquiera eludirlos,
vayamos”.

Termino el Alejandro de Robin Lane Fox. Qué libro inestimable. Qué hombre de todo punto extraordinario. Qué esplendor el de uno de los más grandes civilizadores que ha producido la especie. Eso fue Alejandro, un formidable civilizador.

Tal vez la grandeza de la especie se reduzca a un hombre que ante un paisaje desconocido en el que acecha la ignorancia y la muerte, desenfunda su espada y dice: vayamos.

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© Juan Abreu, 2006-2019