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Domingo, 2 de marzo de 2025
Cuando muera pensé desaparecerán con mi cerebro apagado y después pasto de gusanillos que nuestros mismos despojos producen, esto siempre me ha parecido significativo, las tardes con Lydia en su apartamentico de Coral Gables, su rostro querido mi cerebro lo conserva y lo mejor es que puede recuperarlo cada vez que le apetece. Pero. Mis ojitos verdes se apagarán y para siempre, con ellos, mi querida Lydia. Hoy es un domingo triste de marzo y pensar en la muerte de Lydia en mi cerebro ha añadido espesor a mi dominical desasosiego. No es que muramos, al parecer eso no basta, es que moriremos muchas veces en los cerebros de los que nos quisieron.
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