Juan Abreu
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Domingo, 16 de febrero de 2025
Si hay algo que es verdad y ha sido demostrado históricamente una y otra vez, es que a los asesinos no se les detiene mediante concesiones o apaciguamientos: la única manera de pararlos es usando la violencia. La violencia tiene dos caras, como se sabe, la de Stalin y Hitler y la de Estados Unidos y los Aliados. Por eso los pacifistas son tan tramposos y ridículos. Apaciguar a los asesinos (como Putin, por poner un ejemplo actual), se hace siempre a costa de la esclavitud, el sufrimiento y la vida de otros. Alemanes de 1945 a 1989, cubanos de 1959 a 2025, coreanos del norte hasta el día de hoy, sobran ejemplos. La superioridad moral europea ante los asesinos consiste mayormente en conservar a toda costa la posibilidad de que los timoratos, los cobardes y los racistas (hay un sesgo racista en esta superioridad moral para qué negarlo) puedan seguir tumbándose amablemente sobre sus gordos culos.
La Paz inclusiva y sostenible es imposible, y además no existe.
