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Jueves, 30 de enero de 2025
Veo en la prensa que al fin han inventado un tejido que funciona como una pantalla, aunque rudimentario aún. Y pienso qué atrasados van eso lo inventé yo en mi novela Garbageland, que años después pasó a ser la primera parte de El gen de Dios, mi trilogía futurista. La imaginación literaria o pictórica se anticipa siempre a la ciencia, aunque la ciencia es la imaginación que consigue convertirse en realidad, el mayor logro tal vez que puede alcanzar la imaginación humana.
“En la textipantalla de su cazadora, anuncios personalizados transmitidos perennemente: Cocacola, Doritos, Ford, Nestle, Ejército Mundial. Buenos productos. El trabajo de su marido, vendedor de Masturbadores familiares, requería constante movimiento y eso convertía a Stefanni, que lo acompañaba siempre, en un valioso vector publicitario. Lo que significaba para la mujer prestigio personal derivado del prestigio de las Corporaciones anunciantes; sin contar el dinero. Al principio le molestó cierta rigidez y el peso de la textipantalla, que no pertenecía a los modelos más caros y ligeros, pero ya estaba totalmente acostumbrada. Tanto, que cuando se ponía una prenda que no la tuviera, cosa que evitaba porque disminuía sus ingresos, se sentía extraña.”
(Garbageland, Mondadori, 2001).