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Viernes, 24 de enero de 2025

“En Buffalo, los colegios públicos obligan a los niños en edad de guardería a ver vídeos de niños negros muertos para que aprendan qué es la «brutalidad policial». En California se enseña a los niños de tercero que deben clasificarse en función de su «poder» y sus «privilegios», mientras que un nuevo plan de estudios étnicos del estado llama al «contra genocidio» contra los cristianos blancos. En Seattle, hay colegios públicos que afirman que los profesores blancos «asesinan espiritualmente» a los niños negros. Y luego, por supuesto, está Nueva York. En la East Side Community School de Nueva York, los padres blancos han recibido una «herramienta para la acción» según la cual deben convertirse en «traidores blancos» y promover la «abolición blanca». Uno de los apartados de este útil manual identifica las ocho diferentes identidades blancas de las que podría ser que estuvieran aquejados. Estas van desde el supremacismo blanco hasta el «abolicionismo blanco», pasando por el voyeurismo blanco, el «privilegio blanco» (cómo no), el «beneficio blanco», el confesionismo blanco, el «criticismo blanco» y la «traición blanca». Estos últimos, los que conducen al «abolicionismo blanco», son, claro está, los que merecen una consideración más positiva y, supuestamente, llevan aparejada la necesidad de «desmantelar las instituciones», «desmantelar la blancura» y no permitir que la «blanquitud se afiance». En el Bronx, una campaña llamada Disrupt and Dismantle (desbaratar y desmantelar) llevó a que una profesora fuera «interrogada» acerca de su procedencia étnica (es judía) y amonestada por negarse a realizar un saludo que simboliza el «poder negro»”.

Termino La guerra contra Occidente de Douglas Murray, anonadado por el nivel que ha alcanzado el racismo antiblanco (o negrismo) en las escuelas norteamericanas.

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