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Viernes, 10 de enero de 2025
Hay un momento escalofriante en el libro de Philippe Lançon, sobreviviente de la matanza religiosa en la revista Charlie Hebdo. Lançon se halla en el suelo cubierto de sangre, suya, y de sus colegas, ha recibido varios disparos, uno de ellos en la cara, que le ha destrozado la mandíbula. Sumido en un estado de estupor, abre un poco los ojos y ve las piernas de uno de los terroristas y escucha sus gritos «Allahu Akbar!», y a continuación un disparo; «Allahu Akbar!, y un disparo; va el asesino, de la mano de dios, rematando a sus víctimas, «Allahu Akbar!», y otro disparo. Hasta que llega junto a Lançon, y por razones que tienen que ver con su rostro desfigurado y con la cantidad de sangre que lo cubre, el asesino cree que está muerto, y no lo remata.
«¡Allahu Akbar!», y un disparo. Es lo único que verdaderamente interesa saber sobre el Islam.