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Jueves, 14 de noviembre de 2024

“Los intelectuales y artistas de los países atrasados suelen transfigurar sus defectos en virtudes, sus carencias en cualidades de «ser propio». La desigualdad y la inferioridad ante las sociedades más avanzadas es legitimada en nombre de la diferencia, de la peculiaridad que evita toda confrontación. La generación española del 98 fue un ejemplo característico de esta actitud. En la desolación de los campos yermos no encontraban la consecuencia de una mala distribución de la tierra y de un cultivo deficiente debido a la falta de instrumentos y conocimientos adecuados, sino la esencia poética y metafísica del ser español. Ante el atraso científico y tecnológico de la España de finales de siglo, Unamuno profería soberbiamente: «¡Que inventen ellos! (…) nosotros a lo nuestro»”.


Leo, con gran provecho, a Sebreli

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© Juan Abreu, 2006-2019