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Viernes, 25 de octubre de 2024

La verdad es que no sé qué ha hecho de delictivo el señor Errejón. Que le toque el culo alguien sin autorización previa (implícita o explícita), es algo que cualquier mujer adulta resuelve con un empujón, o mejor aún, una bofetada. Al menos las mujeres de mi época, ahora parece que como algunos animalitos, en presencia del depredador, las féminas se quedan inmóviles (paralizadas, dicen). Ah, las mujeres de antes. Aparte del toqueteo de culo no autorizado leo que a una actriz, en una fiesta, el señor Errejón la besó con lengua (sin recibir en respuesta empujón ni bofetada, según leo) y después la arrastró a una habitación donde volvió a besarla y toquetearla, “la tiró en una cama y se sacó el miembro viril”, tampoco en esta ocasión hubo empujones ni bofetadas, y, después de suceder esto, la agredida se fue en el coche de Errejón a la casa de Errejón. ¿A qué? Misterio. Allí volvió a ser, presuntamente, manoseada y agredida.

Ya sé que según el demencial código mujerista, es sí, sí, sí, hasta el final. Pero.


Coda. Errejón (y sus supuestas víctimas) necesitan con urgencia Una educación sexual.

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© Juan Abreu, 2006-2019