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Martes, 22 de octubre de 2024

Levanté la vista del teclado alrededor del mediodía y vi un pájaro grande en el jardín pensé que se trataba de una paloma torcaz a veces vienen, pero no. Me acerqué a la ventana y era un ave de presa un halcón peregrino tal vez, había cazado una paloma aún en la escena flotaban pequeñas plumas y consideré espantarlo dejar salir al perrito pero carecía de sentido interferir; me quedé viéndolo picotear la presa admirado por su esbeltez su cabeza feroz y su pico curvo que bajaba y subía ensangrentado; estuve un rato así hasta que se elevó poderoso cargando entre las garras a la infortunada paloma le llevará los restos a sus crías me dije, y entonces pensé en las posibles crías de la paloma, esperando.

Ah, la Naturaleza implacable.

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© Juan Abreu, 2006-2019