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Miércoles, 16 de octubre de 2024

No voy a las librerías antes me gustaba mucho ir a las librerías pero ya no. Ayer fuimos a ver un sofá queremos cambiar el sofá y pasé frente a una librería La Central del centro comercial del pueblo me gustaba La Central de la calle Mallorca en Barcelona e iba bastante cuando vivía en Barcelona sobre todo porque había una muchacha con unas tetas portentosas trabajando allí dejé de ir cuando esa muchacha dejó de trabajar allí. De esto hace como veinte años. Cuando aquello en La Central y en general en todas las librerías vendían libros ahora eso se acabó y las librerías están llenas de bodrios de autoayuda, novelones históricos y ese tipo de bazofia fofa (nada de médula sólo babas rosas) la mayoría de ellas escritas por mujeres. Lo del mujerismo es una epidemia que no sólo afecta al cine, también a la literatura. Aquí sin chocho ya no hay quién publique. Pero. En la librería de ayer se veían también libros de Pérez–Reverte que es hombre a no ser que haya comenzado a transicionar, vivimos tiempos inciertos.

No entré, me quedé afuera mirando a través de los cristales el panorama era desolador.

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© Juan Abreu, 2006-2019