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Jueves, 29 de agosto de 2024
Esto, otra vez, porque al releerlo comprendo que es y será hasta el final el lema de mi casa.
Domingo, 13 de agosto (2017).– En las campiñas francesas, sentado bajo un plátano gigante, pienso en la imbecilidad humana y pienso en que lo humano en general es imbecilidad y es bajeza y vanidad y es siniestro transcurrir circular: véase el retorno del nacionalismo a Europa. A mis oídos llega el rumor del río a dos pasos como se dice y se ha levantado una brisa huesuda y terminal. Y pienso, mirándola, (he quitado los ojos del libro) en la llamada realidad en lo ilusoria que es, nadie verá el mundo nadie sentirá el mundo como lo siento yo ahora aquí instalado bajo el monstruoso plátano, nadie lo verá o sentirá de esta manera jamás. No hay salvación ni significado ni designio ni destino ni presencia oculta ni sentido ni paz ni orden ni consuelo ni viaje ni escapatoria sólo hay un hombre que mezcla palabras sentado bajo un árbol y se ha levantado una brisa huesuda y terminal.