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Lunes, 15 de julio de 2024

Me está empezando a dar asquito la palabra héroe. Alcaraz no es un héroe, es un prodigio del tenis que acaba de ganar en Londres tres millones de euros por trabajar como un burro preparándose para, llegado el momento, como hizo, hacer bien su trabajo. Los futbolistas que acaban de ganar en Berlín, lo mismo. Héroe es Corey Comperatore, el bombero que se lanzó sobre su familia para protegerla y murió haciéndolo, en Pensilvania.

Qué horror, wokistas, mujeristas y otros derelictos, cuánto machismo, ¿no? Y encima ¡un hombre blanco! ¿Quién le habrá dicho a ese detestable producto del heteropatriarcado que las mujeres necesitan ser protegidas?

No le ha bastado a la prensa y la izquierda culogorda con la porquería multicultural con que han infectado a la selección española de fútbol, también tenían que vaciar de contenido (emputecer) la noble palabra héroe.

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© Juan Abreu, 2006-2019