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Miércoles, 3 de julio de 2024

Voy al mercado y me divierto con mis verduleras siempre están de buen humor, juguetonas mis verduleras, sobre todo la tetona, y después paso a buscar jamones y quesos y me toca la xarcutera doliente saben de qué hablo ese tipo de mujer que además de lo buena que está, tiene una vocecilla de nunca he roto un plato pero es obvio que te acaba con la vajilla en cinco minutos, pero a lo que iba, doliente: un algo en la cara y el cuerpo que supura una atmósfera que impele a cualquier hombre a protegerla, tranquila mami que yo te cubro (en todos los sentidos) y ahí no acaba la abundancia de mi viaje al mercado, saliendo, en la escalera mecánica, encuentro una rubia angelical esbelta qué rostro etéreo qué cabellos rubios qué palidez, dando mimos a su hijo, no tenía edad para ser nada más, le besaba la mejilla y el cuello con una media sonrisa ambigua la verdad (o me lo pareció) y no más verla pensé: si me diera a mí esos besitos se me pondría el pito a destajo.

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© Juan Abreu, 2006-2019