Juan Abreu
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Viernes, 26 de abril de 2024
De lo de Sánchez lo que más molesta, apenas me deja trabajar, es el lastimero ulular por sueldos y prebendas de su banda más inmediata y, como ruido de fondo, el lloriqueo de los miles de enchufados diversos. Si sólo acuden ellos a las manifestaciones de apoyo a Sánchez, serán multitudinarias.
No creo que Sánchez se vaya. Y si lo hace será porque está sentado sobre un escándalo de corrupción mayúsculo y cree que la única manera de neutralizarlo, es quitarse de en medio. Pero. Lo más probable es que su lacrimosa, ridícula y mal redactada carta “a la ciudadanía” sea un paso más en su estrategia para asumir totalmente (movilizando al siempre equivocado y siniestro “pueblo”) el papel de Líder revolucionario. Y, teniendo en cuenta las declaraciones de una Laura Arroyo en la televisión sanchista, solicitando acabar con la separación de poderes (lo que queda de ella) y comenzar a cerrar periódicos, lo creo hoy más que ayer.
Ah, y una última cosa; ¿no les parece insólito que Salvador Illa haya hecho carrera política con la voz que tiene? A mi sí.
