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Lunes, 15 de abril de 2024
Mientras desayuno, veo un reportaje sobre el barrio del Raval. Hace años yo iba al Raval a visitar a mi amigo Víctor y ya era un basurero descomunal, pero un oasis de civilidad, limpieza y compostura comparado con lo que es hoy: un descomunal narcopiso. En el reportaje, drogatas desplomados en las aceras o meando a la vista de todos entre un mar vómitos y jeringas usadas.
La cultura de la democracia española, eminentemente de izquierdas, ha sido una cultura fumeta y drogata. La izquierda, lo mismo que otorgó dignidad a algo tan siniestro como la pobreza, se la ha otorgado a la drogadicción.