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Viernes, 16 de febrero de 2024
Voy el mercado a comprar carne que haré mañana al horno y paso a ver a mis verduleras, están las dos más tetonas qué simpáticas y risueñas, las mujeres tetonas son más acogedoras y placenteras que las mujeres sin tetas, menos secas. Siempre ponen música: boleros, cumbias, bachatas, guarachas y cosas así y en ocasiones nos lanzamos a bailar, como debe ser, pero hoy al llegar lo que suena es la infección reguetón. El responsable de tamaño desaguisado es un muchacho que ha comenzado a trabajar en la verdulería. De inmediato, me pongo, seguido con gran entusiasmo por mis deliciosas tetonas, a criticar en los peores términos imaginables ese hedor sonoro. Y concluimos que dentro de una o dos generaciones a lo sumo los llamados jóvenes serán todos infrahumanos y cuando esos infrahumanos lleguen al poder, será el fin. En España han llegado al poder los analfabetos con la degradación moral cerebral y humana que vivimos, pero será mucho peor en el futuro cercano, cuando nos gobiernen los infrahumanos hijos del reguetón. Proclamamos.
Y el joven, que nos escuchaba, no se atrevió a abrir la boca. Y que se hubiera atrevido, faltaría más.