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Jueves, 15 de febrero e 2024
Toda la insurrección catalana (el llamado procés) desde 2017 al llamado tsunami en 2019, fue terrorismo. Pero sobre todo traición. La dirección y financiación de la insurrección y el terrorismo consiguiente fue posible gracias a que los delincuentes principales, los cabecillas y jefes de la insurrección eran funcionarios españoles. En consecuencia, sus acto constituían y constituyen traición al Estado español que los permite y paga para que sirvan y cumplan la Constitución española, no para que se rebelen contra ella, obviamente. Se habla mucho de terrorismo, pero todos estos traidores deberían ser juzgados, condenados y encarcelados por el delito de traición.