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Martes, 6 de febrero de 2024
Medio tuerto y entre reposo de ojo y reposo general, pienso en que Eduardo Mendoza y Vázquez Montalbán han sido tal vez (la competencia es fuerte) los más notorios lameculos del catalanismo, el separatismo y el nacionalismo catalán (la misma mierda, diferentes envases). A veces leo que ambos escritores sólo “se dejaron querer” por los catalanistas nacionalistas separatistas. Con su correspondiente beneficio personal, dinerillos, premios, prensa a favor y el resto del paquete, naturalmente.
Pero. Dejarse querer. No es suficiente, ni exacto. Montalbán fue uno de los más dañinos y conspicuos lameculos del nacionalismo catalán. Así Mendoza, aunque este en plan dandy provinciano. No olvidemos que Montalbán terminó llevándole chorizos y butifarras a uno de los payasos más patéticos que ha tenido la delincuencia izquierdista y fidelista en Hispanoamérica: el subcomandante Marcos. Mi opinión es que Montalbán, de lamer tanto culo catalanista izquierdista fidelista y a fin de cuentas comunista, sufrió un desgaste tan grande en las papilas gustativas que el culo de Marcos ya le pareció digno de sus lametones.
Y lo dejo por hoy que exigen descanso mis ojitos verdes.