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Martes, 9 de enero de 2024

Se oye constantemente hablar en los mejores términos de la tradición y de lo tradicional. Nunca lo he entendido. ¿De dónde sale el prestigio de la tradición cuando es, evidentemente, barbarie grotesca, atraso, ignorancia, estupidez, salvajismo e imbecilidad sacralizada.

Aquí les dejo algunas que encontré revisando el tercer volumen de mis emanaciones (sí, todavía sigo en eso).

Cortarle el clítoris a las mujeres es una tradición, casar a niñas con hombres mayores es una tradición, embalsamar muertos y tenerlos en casa durante meses antes de enterrarlos es una tradición, apedrear mujeres hasta la muerte es una tradición, el sistema de castas indio es una tradición, quemar a la esposa cuando muere el marido es una tradición, ponerle a las mujeres unos aros en el cuello para estirarlo hasta que parezcan jirafas es una tradición, comer cenizas de muertos porque dicen que salvará el alma de la persona difunta es una tradición, colgar ataúdes de farallones en la montaña es una tradición, vendarles los pies a las niñas para que no les crezcan es una tradición, escupir encima de los niños para asegurarles un buen futuro es una tradición, cortar el prepucio a los niños es una tradición, lanzar bebés desde una altura de quince metros porque les traerá prosperidad e inteligencia es una tradición, reunirse un montón de gente para tirarse tomates unos a otros es una tradición, amputarse un fragmento de cada dedo cada vez que muere un miembro de la familia es una tradición, matar a un toro a lanzazos es una tradición, golpearse con dagas en la cabeza es una tradición, correr como un descerebrado delante de un toro es una tradición, abandonar a un anciano de edad avanzada en un iceberg flotante es una tradición, comerse a un familiar cuando fallece es una tradición, matar a una osa mientras hiberna y llevarse los oseznos y mantenerlos en cautividad durante dos años y después asfixiarlos y beberse su sangre es una tradición, caminar sobre brasas ardientes cargando a tu novia es una tradición, incrustarse platos de arcilla en los labios y las orejas es una tradición.

Y podría seguir un largo rato.

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© Juan Abreu, 2006-2019