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Domingo, 24 de diciembre de 2023

Limpio la mesa de trabajo estaba llena de todo lo habido y por haber, que diría mi madre. Dejo sólo los totoros el Gatobus y la máquina de escribir de Rey. Y reinando sobre todos los objetos y, naturalmente, en mi persona, un retrato de juventud de Marta en el que resplandece más de lo habitual y su rostro que ríe exuda un fulgor mayestático y lúbrico, si lo lúbrico pudiese ser virginal. Cuando me trabo escribiendo suelo mirar ese rostro y me siento el amo del mundo y arranco a escribir otra vez con la convicción de quien se sabe el amo del mundo.

Feliz Navidad a todos.


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© Juan Abreu, 2006-2019