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Domingo, 17 de diciembre de 2023

Leyendo el libro de Janet Malcolm me entero de que el campo de concentración nazi de Theresienstadt “es famoso por ser el pueblo Potiomkin que montaron los nazis para la visita de la Cruz Roja en 1944; lo presentaron como una especie de centro turístico y cultural. Después de que se marcharan los ilusos visitantes, desmantelaron la grosera mascarada y deportaron a dieciocho mil prisioneros a Auschwitz”. Allí los gasearon. No sabía esto o si lo sabía lo había olvidado. La Cruz Roja siempre ha sido, queriéndolo o no, cómplice de las mayores masacres y los más despiadados asesinos.

Y en el libro de Malcolm también esto: “Cada uno de nosotros somos una especie en peligro de extinción. Cuando morimos nuestra especie desaparece con nosotros. Nadie igual a nosotros volverá a existir jamás”. Qué gran verdad.

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© Juan Abreu, 2006-2019