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Viernes, 10 de octubre de 2023

Han disparado a Alejo Vidal–Quadras y este intento de asesinato político hace que la poza maloliente de la vida política española apeste aún más. Repito, un intento de asesinato político. Asesinato político. Sostener que Vidal–Quadras puede haber sido víctima de un vulgar atraco no sólo es absurdo es algo digno, más que de periodistas, de agentes de influencia.

Antes del atentado político contra Vidal–Quadras, ya la poza podrida de la política española hedía como nunca. Sánchez, en cuatro escuetos folios, acaba de convertir la democracia española en una finca chavista en la que Sánchez ejercerá de Gran Mayoral. El esbirro Marlaska y los lacayos progres en las televisiones y periódicos se encargarán de desacreditar, y gasear, a los insumisos. Estamos asistiendo al capítulo final, de la larga y lenta demolición del sueño de una España de ciudadanos libres e iguales.

Vivimos bajo la falsa impresión de que el Bien al final triunfa. Pero lo cierto es, la Historia lo demuestra, que es el Mal quien siempre triunfa, salvo que se desenvaine una espada o se empuñe un fusil para impedirlo.


¿Alto el fuego?

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© Juan Abreu, 2006-2019