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Jueves, 2 de noviembre de 2023
Para acabar con una democracia, no se dejan engañar, sólo hace falta un hombre ambicioso y perfectamente amoral y una pequeña tropa de esbirros fieles y decididos. No es tan difícil. ¿Los altos jueces? En España los altos jueces siempre han estado al servicio de unos y otros. Yo no contaría con ellos.
Desde que el bipartidismo español aceptó que para gobernar era necesario traicionar la igualdad de los españoles cediendo al chantaje de las tribus nacional–racistas catalana y vasca, España estuvo condenada. Lo que estamos viviendo ahora es el capítulo final de la gran traición.