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Lunes, 23 de octubre de 2023
El 21 % de la población israelí es árabe, el 19.99 %, musulmana. En Israel, árabes y musulmanes viven y prosperan en libertad y plena igualdad con los judíos.
Gaza no tiene población judía. (Supongo que no abundan los judíos suicidas).
En 2005 Israel retiró de Gaza su ejército y sus colonos. Dejó Gaza a los palestinos que no tardaron en convertir Gaza en un basurero (he estado allí), un territorio parásito cuyos habitantes perecerían si dejaran de recibir una masiva ayuda internacional, y en un laberinto de túneles llenos de misiles y explosivos. Gaza, como se sabe, está controlada por el terrorismo nazi de Alá (Hamas) y por la Autoridad Palestina, que roba y roba y así honra a su primer presidente, uno de los mayores ladrones que ha dado el llamado Oriente Medio: Yasir Arafat, cuya mujer vivía en París (¡y allí sigue!) ricamente (en millones de euros) mientras los palestinos se morían y se mueren de hambre.
Mientras los judíos convertían su territorio en un ejemplo de desarrollo, democracia, prosperidad, y luchaban ejemplarmente contra el desierto y sus enemigos, que los rodean y pretenden exterminarlos, los palestinos de Gaza convertían su territorio en lo que he descrito, someramente, arriba, e invertían su tiempo en armarse, adoctrinar a sus hijos en el odio al judío, y en atacar a Israel una y otra vez, siendo la masacre del día 7 de octubre, una más de una cadena interminable de actos terroristas a cargo de las hordas de Alá-Hamas.
Y a pesar de toda esta evidencia, hemos de aguantar que la purria antisemita belarra española y europea salga a las calles a apoyar a los palestinos nazis de Alá–Hamas. Merecen la colonización musulmana y merecen desaparecer, qué les puedo decir.