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Viernes, 22 de septiembre de 2023
Acabo de escuchar una intervención de Jordan Peterson sobre el papel de la izquierda mujerista (toda) y en especial sobre su silencio sobre las atrocidades que se cometen en los países musulmanes contra las mujeres. Países donde las mujeres son, prácticamente, esclavas. Sobre eso ni una palabra. Nada de marchas ni declaraciones ni carteles estoy hasta las tetas de hacerte las croquetas. Yo pensaba, bruto que soy, que se trataba, sólo, del típico cinismo del mujerismo izquierdista: culogordo, anticapitalista, chocho infantilizado (depilado), lloriqueante; siempre víctima del patriarcado y del malvado hombre blanco heterosexual. Y. Cinismo, sin duda. Pero. Peterson expone lo que ahora, creo, es la principal razón. El mujerismo occidental es aliado de esos regímenes esclavistas. Ambos buscan debilitar las sociedades libres occidentales (las únicas libres). Por eso, nunca protestan por las barbaridades, cotidianas y de todos conocidas, de dictaduras como Arabia Saudí, Marruecos, Afganistán (y tantas otras), contra las mujeres.
¿Cómo criticarlos si son aliados, si comparten objetivos políticos?