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Viernes, 1 de septiembre de 2023
Mi hermano Nicolás me manda una foto desde el Rijksmuseum y frente a La ronda nocturna. Mi hermano nunca hubiera visto el mejor Rembrandt si se hubiera quedado en la isla pavorosa. A no ser que hubiera aceptado (pero ningún Abreu caerá jamás tan bajo) entrar y salir de la isla como si no hubiera pasado nada, como si la isla pavorosa fuera Suecia o Italia y no una abyecta dictadura. Mi hermano llegó a Miami sin un centavo y ha trabajado toda su vida, y ha escrito además algunos libros formidables.
Y luego hay que contenerse y no darle una bofetada a los que denigran el capitalismo y la libertad que se disfruta en los países capitalistas, los únicos países libres que hay en el mundo. Los únicos países donde un muerto de hambre como mi hermano (o yo) prospera, tiene casa propia, vive confortablemente, come lo que quiere cuando quiere y ha enviado a sus hijos a la universidad, gracias a su trabajo, sin deber nada ni lamer el culo a ningún comisario, y puede ir a Amsterdam a ver a Rembrandt y a Van Gogh y luego recorrer Inglaterra y Francia con su familia, pagándoselo con su dinero y, esto es lo más importante, como lo que es, un escritor y un hombre libre.