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Lunes, 8 de marzo de 2023

En Sevilla se come mal, eso sí. Nos sirvieron un salmorejo atroz ¡con una cucharada de tuna barata dentro!, y una carne blanda pero desabrida y un rabo de toro todo hueso y por doquier ensaladilla rusa pero yo no como nada ruso o que tenga nombre ruso o que aluda de cualquier forma a lo ruso, detesto lo ruso. Hay dos o tres restaurantes en Sevilla donde, dicen, se come muy bien, pero me refiero aquí a la comida en general no es como en San Sebastián, digamos, que donde quiera que te pares a comer unas tapas son espectaculares pero San Sebastián está lleno de triplefeas abertzales para no hablar del tono siniestro de todo lo vasco lo contrario de Sevilla de ambiente vivificante y gozoso, es preferible comer mal en Sevilla que comer bien en San Sebastián rodeado de abertzales la gente más fea e infausta del mundo. Donde cenamos muy bien fue en Madrid no sé si ya lo he contado, en el Joselito, donde cultivan y añejan el jamón algo inaudito un jamón que al diluirse en mi boca hacía que mi primer cerebro babeara ¡a mi edad! y ya en las copas y degustaciones finales, se corriera mi primer cerebro ¡a mi edad!.

Ahora bien, si van a Joselito y no se babean y corren no me vengan con reclamaciones cada uno es como es y yo ya saben que soy muy mío. Para no mencionar que la gran mayoría de ustedes sólo tiene un cerebro.

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© Juan Abreu, 2006-2019