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Viernes, 21 de abril de 2023

Comienzo a leer el espectacular último libro de Simon Sebag Montefiore, El mundo. Una historia de familias. He leído muy poco pero lo leído, apasionante. Siempre he pensado que la Historia humana, sus vuelcos, conmociones, catástrofes o progresos, han dependido siempre de individuos, machos o hembras, no de pueblos u otras supercherías. He avanzado muy poco, pero, la primera impresión que me deja la lectura es que se ha exagerado y generalizado mucho lo de la discriminación (algunas chochocráticas hablan de esclavitud) de las mujeres a lo largo de las eras. Véase que. Hace muchos miles de años…

“En los Andes se halló a una guerrera adolescente enterrada con su lanza hacia 7000 a. C.; de las 27 tumbas de cazadores descubiertas en Suramérica para este período, 11 eran de mujeres”.

“Al tiempo que en Gran Bretaña se celebraban ritos en Stonehenge, tenemos noticias de una de las primeras familias gobernantes: hacia 2500 dominaba en Kish la primera mujer potentada de la que tenemos conocimiento: Kubaba, propietaria de tabernas y cerveceras”.

“La bebida favorita (en Acadia) de hombres y mujeres, producida con cebada fermentada; solía tomarse con ayuda de una pajita, en tabernas regentadas por mujeres independientes. Las chicas de la élite asistían a la escuela y aprendían a escribir tanto sumerio como acadio”.

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