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Sábado, 15 de abril de 2023
Mientras nos maceran el cerebro (sobre todo la zona que desencadena la furia) con una mujer que se metió en una cueva quinientos días, algo que no se cree, al verla salir tan fresca, ni el que asó la manteca, o con lo de los “vientres de alquiler”, cuando es obvio y de justicia que una mujer puede hacer con su barriga y órganos reproductivos y su producto (si alguien sostiene que es partidario del aborto y contrario a los llamados vientres de alquiler, dénle una patada en el culo) lo que le de la real gana, el neocomunismo a la española (una especie de castrochavismo pero trans y chocho ecológico) avanza sin oposición, salvo la del partido VOX, todo hay que decirlo. Véase la nueva Ley de alquileres y cómo el comunista Garzón resta poder a las empresas privadas en una escalada del control del Estado sobre el individuo, piedra angular de la infección comunista.
El poeta Machado pedía que Dios guardara al españolito que venía. Yo tengo mejores consejos: luchen. Y si ya están demasiado lobotomizados para luchar: corran.