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Sábado, 25 de febrero de 2023
Un hombre necesita un número cuantioso de mamadas para mantener la cordura, la concentración, la estabilidad emocional y, finalmente, para llegar a ser un hombre de bien. Eso es un hombre de bien, un hombre con sus mamadas correspondientes. Un hombre pobremente mamado es un hombre incompleto y por lo tanto propenso a todo tipo de turbiedades y desvíos morales, intelectuales e ideológicos. Yo tengo un detector especial para reconocer, hasta por su escritura, a un hombre poco mamado. Son legión en la prensa española.
Que nadie se lo tome a broma, este es un asunto que reviste una enorme gravedad. Por eso, desde aquí, con el mayor respeto como se dice, quiero pedir al Ministerio de Igualdad y especialmente a la señora ministra Montero, que se ocupe de este problema. Porque en innegable que la estabilidad emocional y psicológica de los hombres repercute en la vida de las mujeres. Y en la vida de pareja, decisivamente. Creo que es necesario que su ministerio, señora Montero, lance una gran campaña solicitando que nos la chupen más. O sea.