5225
Martes, 17 de enero de 2023
A los perros, al gato y a mí, nos mantiene dentro de casa y ellos, cuando salen a mear, se ven desconcertados por la intensidad del viento creen que es alguien el ventarrón. Vuelan las hojas de la hiedra oscila el olivo el seto se inclina se dobla el ciprés tremola el rosal. Me gusta sentarme a leer (más de lo habitual, no sé por qué) cuando hay ventarrón. Voy a mi butaca y agarro el grueso libro de Holland ese peso tan humano que tienen los libros. Bebo té muy caliente y mastico trozos de chocolate negro mientras afuera crece la melancolía de tumescencias que trae el ventarrón. Y entonces aparto un momento la mirada del libro y me digo, oh sí, ventarrón, que sea verdad que eres alguien como creen mis perros.