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Lunes, 16 de enero de 2023

Han liberado en USA a la espía castrista Ana Belén Montes. Ha estado veinte años en la cárcel. Montes merecía la pena capital. Y si no se podía o convenía sentarla en la silla eléctrica, al menos condenarla a cadena perpetua. Era lo justo. No sólo porque hizo un daño enorme a la causa de la democracia y la libertad en el mundo con su estúpida (uno de sus argumentos para justificar su traición es lo del embargo “asfixiante” a Cuba) y fanática sumisión al castrismo, Montes puso al descubierto a agentes norteamericanos que trabajaban dentro de Cuba. ¿Los fusilaron? ¿Los encarcelaron? ¿Cuántos años de cárcel cumplieron? Montes robó información sobre la guerra en Afganistán, información que los Castro pasaban a los enemigos de USA. ¿Cuántos soldados norteamericanos murieron a causa de esta información robada y entregada al enemigo?

Esta mujer merecía ser ejecutada o condenada a cadena perpetua. Que sea libre hoy, sólo puede obedecer a algún cambalache entre USA y la dictadura cubana. No sería la primera vez. Al derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate me remito.

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© Juan Abreu, 2006-2019