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Martes, 10 de enero de 2023
El nivel de histeria mediática anti masculina (histeria interesada, no olvidemos que buscan audiencia con estos montajes píos) en España alcanza niveles enfermizos. Lo de la violencia machista (que no existe, que es violencia de pareja) es ya ley, liturgia y credo. Los homosexuales y las lesbianas pueden matarse sin problemas y las madres sacrificar a sus hijos que esto no despertará la histeria de sangre y babas que despiertan los crímenes y violaciones si hay hombres ¡el macho asesino! involucrados. El nuevo mujerismo (también conocido en España como feminismo) es esencialmente anti masculino. El hombre (blanco) es el Mal.
Entre lo más curioso del espectáculo más reciente, las caras que despliegan los tertulianos y conductores de programas de televisión: un recital de hipocresía. Hoy, una ya jamona se quedó sin habla, dijo, porque su reportera habló de pastillas para conservar el vigor sexual y mostró, horrorizada, un latiguillo muy popular entre los practicantes del sadomasoquismo, y al fondo de la imagen ¡botellas de bebidas alcohólicas! Ah, y porque uno de los atorrantes involucrados escribió a sus compinches que una que acudía, voluntariamente, hay que decirlo, a las orgías tenía “tetas de vaca y era una gorda de mierda”, cito de memoria ¿Pero en qué mundo vive esta gente? ¿En los libros de las chicas de Torres de Mallory? Y otra cosa. La chica gorda y tetona fue a la orgía, a follar. Si nadie la obligó a nada, me quito el sombrero.
Lo que sí no escuché ni he leído hasta ahora, es a alguien que diga a las mujeres que el mundo es un lugar peligroso, y que si perteneces al sexo, en general, físicamente más debil, no debes ponerte jamás en una situación en la que te veas sola en un piso, con cinco hombres cuyo único y declarado propósito es follar.