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Lunes, 2 de diciembre de 2023
Leo en El Manifiesto, diario digital, algunos fragmentos de un encuentro entre el novelista Houellebecq y el filósofo Onfray. Hablan de la Invasión musulmana y africana que sufre Europa (que ellos llaman, con acierto, Gran Sustitución; la palabra Invasión sugiere confrontación y resistencia, cosa que no existe en este caso, los europeos reciben a sus sustitutos a cuatro patas). Ojalá se traduzca al español, íntegro, el texto publicado en Front Populaire. Una gran lectura para comenzar el año, verdades que alivian del aluvión de estupideces pancistas, buenistas y suicidas en el que vivimos inmersos. Hoy en la televisión, hacían entrevistas callejeras, en uno de esos vergonzosos performances píos con que nos embuchan los medios de novelización y evangelización, también conocidos como de comunicación. Preguntaban a los viandantes por sus deseos personales para 2023 y contestaba un barbudo concienciarme más del medio ambiente, ser mejor ciudadana (esto una niña que tendría nueve años), y una jamona, ayudar a los demás, y una universitaria luchar contra la violencia machista. No sabía si carcajearme o vomitar.
¡Qué cóctel de pensamiento grupal culiabierto, papilla analfabeta y euforia esclava están inoculando a los españoles! Y ellos como si nada.
Oh hijos de la Ilustración ¿es que ya no queda nada de aquel orgullo, de aquel arrojo, de aquel feroz y luminoso espíritu civilizador?