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Sábado, 31 de diciembre de 2022
Fin de Año. Algo habrá que decir. Y. Como nadie lo hará (los hipócritas son la sal de la Especie), pondré aquí algunos de mis verdaderos deseos. No que me la chupe Monica Bellucci. Ya eso no. Ay. La vida es implacable con lo del sexo, miren cómo ha dejado la polla de Vargas Llosa hecha una pichula.
Mi primer verdadero deseo es que el Dios de los Perros, que por fuerza ha de ser noble y amoroso (al contrario que los dioses de los hombres), cure a mi perrita, que haga desaparecer el tumor que la matará y le permita disfrutar de una larga vida junto a nosotros. Que, por una vez, el Amor triunfe, como dicen los Ilusionistas y los Líricos.
Y en un orden más mundano y de menor importancia, que alguien le haga llegar al presidente Zelenski unos misiles de gran potencia y muy largo alcance que le permitan bombardear Moscú. Es lo justo. Y no lo digo sólo por Justicia también por Estética, para no ver más esos espantosos edificios rusos terminados en bullón de colorines o cagada enroscada. Cada Pueblo tiene, tal vez, la arquitectura que merece, los cubanos, por poner un ejemplo, tienen Alamar. Y está por supuesto mi deseo de follarme o que me folle una oficial (uniformada) del Ejército del Gordo de Corea del Norte no me acuerdo ahora cómo se llama. Y naturalmente mi perenne verdadero deseo: que mueran de una epidemia selectiva o de un tiro en la cabeza me es igual todos los Castro. Hasta que esa familia no sea eliminada no habrá Libertad ni Progreso ni Paz para los pavorosos. Ah, y que no se me olvide, que los musulmanes acaben de colonizar de una vez Francia y Alemania. Se lo merecen por idiotas. No saber a estas alturas que el Islam es una feroz lepra.
Hoy lo pasaremos tranquilos en casita cocinaré arroz con gambas y calamares y verduras también y de postre quesos y turrón jijona de Planelles Donat el mejor del mundo y de beber algún buen vino y un excelente champán.
¡Feliz Entrada y Salida! Me dijo una de mis verduleras. Eso deseo para todos ustedes. Aunque a decir verdad no sé cómo interpretarlo.