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MIércoles, 28 de diciembre de 2022

Por fin, hoy, me llamó el veterinario con los resultados de la biopsia de la perrita. No podían ser peores. El bulto que encontramos al acariciarla, hace un par de semanas, es un tumor maligno muy agresivo. Podría operarse, pero el veterinario no lo recomienda. Habría que extirpar varias costillas para extraer el tumor, y eso no añadiría mucho más tiempo a su vida. Prefiero ahorrarle sufrimiento, dije. Estuvo de acuerdo. Y añadió. Si fuera mi perro no lo operaría. Más tarde, iré a verlo para que me informe sobre lo que debemos esperar en las próximas semanas. Cuando colgué el teléfono, lloré un poco, pero logré controlarme enseguida. Pobre Thai. Pobre de mí.

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