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Martes, 27 de diciembre de 2022
Mis totoros el Gatobús mi libro de Mónica Bellucci desnuda pero nunca lo suficientemente desnuda la máquina de escribir de Arenas (una de ellas) y el retrato de la mujer más bella del mundo. El altar surgió por azar lo conté ayer pero lo trasladaré a mi mesa de trabajo con carácter permanente añadiéndole, por el momento, una foto con Lydia Cabrera en mi primera exhibición en Miami en la librería de mi querida Nancy Pérez Crespo y su buen Malo. Y ahora que lo pienso también alguna figurilla de Tintín y de Snoopy y mi bandera americana y el Mickey Mouse de hojalata y un Misu de goma mi niño amarillo, que me acaban de regalar. Tengo otro altar en la biblioteca de arriba, pero ese está dedicado a mi madre y su pulsera rota, exclusivamente . Aún no tengo noticias de los resultados de la biopsia de la perrita se supone que hoy me llamen pero si no lo hacen iré a buscarlos, es asunto de vida o muerte. De estos días de antes de que termine el año emana un tufillo dulzón en el mal sentido y en ellos las cosas de la muerte adquieren un aire de familiaridad.