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Lunes, 26 de diciembre de 2022
Mi hermano Nicolás me dice que cenó por Navidad arroz congrí un bistec de palomilla encebollado, patatas fritas y una ensalada de berro fresco. Cena perfecta. Y eso que se pasó el día asando dos piernas de cerdo que le quedan fabulosas las mejores de Miami. Esto me hizo pensar en que hace muchos años que no me como un bistec de palomilla encebollado. Mañana iré a la carnicería y arreglaré eso. Qué malo es el capitalismo. Lo del arroz congrí será más difícil tendría que hacerlo yo ¡por primera vez! y no creo que me quede bien. Podría acompañar el bistec por arroz de jazmín, a ver qué pasa. Pero. Ayer ya lo dije cenamos sopa de galegs pero ya no puedo comer cualquier sopa de galegs, después de comer la del “Nairod”: todas las sopas de galegs son una vulgaridad. Escribí el sábado un eros y política de Felix Bolaños y me divertí mucho. No creo que el señor Bolaños se ría, si llega a leerlo. Todavía me falta eropolitizar al enano Aragonès y seguro que cae alguno más es un nunca acabar lo de este libro. Pero. Quiero que salga pronto la nueva edición ampliada. Así qué. Tuve que despejar mi mesa de trabajo la más grande de la casa para la cena de Navidad. Y el azar reunió algunos objetos sobre dos mesillas y al pasar junto a ellos la Niña dijo: tu altar.
¡Y era mi altar!