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Lunes, 12 de diciembre de 2022

Conocía a Kanye West por ser el afortunado marido de Kim Kardashian, santo culo. Nada más. Pero. Ahora que se ha desatado una feroz campaña de la izquierda y la progresía culogorda contra West, me he interesado un poco por el personaje. Lo acusan de nazi. Un negro nazi. Musk lo ha echado de Twitter porque dijo que le gustaban algunas cosas de Hitler, y publicar una imagen de una esvástica y una estrella de David, unidas. “Incita a la violencia”, dice el MuskTwitter que iba a acabar con la censura en Twitter. No creo que lo que ha hecho o dicho West lo convierta en un nazi. Por otro lado, el señor West tiene derecho a ser nazi y decirlo, amparado por la libertad de expresión. ¿Es que nadie comprende lo que es la libertad de expresión? Ciertamente, el señor Musk puede censurar a West porque es dueño de Twitter, una empresa privada. Pero que no diga que en su Twitter hay libertad de expresión. No la hay.

En un artículo de El País cuyo objetivo es arrojar leña al fuego (lugar común) de la campaña de demonización del señor West, hablan de que West se presentó en un desfile de modas con una camiseta que proclamaba “White Lives Matter”. Un negro. Con esa camiseta. A mí me parece un gesto conciliatorio. Pero para El País y el resto de la jauría progre esto es “supremacismo blanco”.

El señor West ha de ser un tipo listo, ha acumulado una fortuna de más de mil millones, según leo. Se le ha subido la religión o el culo de la Kardashian a la cabeza, y está bastante zumbado, es verdad. Pero. Hasta hace muy poco era un gran y muy exitoso empresario, y un genio artístico. Ahora que la izquierda woke, culogorda, socialista, chochocrática y antirazablanca le ha declarado la guerra, posiblemente acabe en un manicomio, arruinado, o en la cárcel.

Qué tiempos vivimos. Yo me quedo con la noticia de que los negros también pueden ser nazis. Todo un descubrimiento para la prensa culogordista.

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