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Viernes, 14 de octubre de 2022

Vuelvo a Foster Wallace. En las bellas ediciones de Pálido Fuego. Pero. Antes. Decirles que, cuando terminé con el Joseh Anton de Rushdie, le eché un vistazo a su panfleto sobre Nicaragua, a pesar de su lucaslírico título: La sonrisa del jaguar. Manda huevos poéticos. El típico librito del intelectual burgués que va, ya morcillón, a revolcarse en La Revolución. ¿Se revolcó Rushdie con Gioconda Belli? Eso era lo que me interesaba. Pero. Nada. Rushdie revolucionario se pasea por allá y conversa y dice gilipolleces como esta:

“Mario Vargas Llosa no estaba en Nicaragua, pero en el silencio de mi habitación discutí también con él. Ha escrito y hablado con frecuencia y eficacia sobre la necesidad de apoyar lo procesos democráticos en América Latina; ha insistido en que es la única manera de romper el ciclo de revolución y dictadura. Justifica su apoyo a los partidos y gobiernos de derecha en su Perú natal diciendo que prefiere votos a balas; que una democracia defectuosa es infinitamente preferible a ninguna democracia. Perú es una democracia defectuosa de derechas. Nicaragua es una democracia defectuosa de izquierda. Si Vargas quiere de verdad la democracia, entonces Nicaragua, según sus propios principios expresados, es el tipo de estado que debería apoyar y luchar por mejorar”.

Pobre Rushdie, no se había enterado aún de que las triunfantes revoluciones de izquierda no se convierten nunca en democracias, ¡ni siquiera defectuosas! Se convierten en dictaduras. Y apoyarlas no es romper el ciclo revolución y dictadura, sino apoyar otra dictadura. ¡Mucho peor!

Por cierto Rushdie, en su librito, como buen izquierdista culogordo, no para de criticar a Ronald Reagan. Bien. Pero lo critica por motivos equivocados; por lo que Reagan merece la mayor condena es por no haber invadido Nicaragua, evitando así la expansión de la delincuencia el crimen y el terrorismo pagado, entrenado y organizado desde Cuba por toda la llamada América Latina.

Pero. Santocielo. ¡Todo esto para decirles que he vuelto a Foster Wallace!

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