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Martes, 11 de octubre de 2022

Los gritos estudiantiles de machos a hembras en colegios madrileños son un acto de rendición más, de tantos en los que incurren los machos en su trato con las hembras, tan sexualmente superiores. Los machos, tradición, claman lastimeros la falta de hembra amenazando con “follárselas a todas”. Ya quisieran ellos. ¡Aunque fuera con una de las del edificio de enfrente! Si lo hicieran no bramarían. Follar con todas es lo que queremos hasta que las hembras y el tiempo nos ponen en nuestro lugar. La hembras estudiantes, tan reales, tan realistas, ríen en las cumbres, mientras los machos estudiantes habitan el valle del perenne deseo insatisfecho.

Y después de graduarse, casados (o no), crecerán mansos, postrados, ante el poderoso mundo sexual femenino, y se consagrarán al trabajo y a querer y cuidar de los hijos. Y llegada la siniestra vejez, ya el macho desactivado, se dedicarán hasta la hora final a manosear el imposible pero irrenunciable sueño de follar con todas.

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© Juan Abreu, 2006-2019