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Martes, 4 de octubre de 2022
Voy al centro comercial a comprar un pantalón (que al final no compro) cómodo para andar por casa e ir al mercado a ver a mis verduleras ahora que llega el otoño y de salida, entro en la Casa del Libro. Paseo entre las mesas y los expositores y constato entre triste y desanimado que el noventa y nueve por ciento del contenido de la librería es mierda. La estupidez avanza inexorable. Y junto a la puerta un enorme cartel que amenaza con otro libro de Pérez Reverte. Santocielo.