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Jueves, 8 de septiembre de 2022

“Cuando un libro abandona la mesa del autor, cambia. Incluso antes de que nadie lo lea, antes de que se posen en una sola frase los ojos de alguien que no es el creador, el libro queda alterado irremediablemente. Se ha convertido en un libro que puede leerse, que ya no pertenece a su hacedor. Ha adquirido, en cierto sentido, libre albedrío. Realizará un viaje por el mundo y el autor ya no puede hacer nada al respecto. Incluso él, al ver sus frases, las lee de manera distinta ahora que pueden ser leídas por otros. Le parecen frases distintas. El libro ha salido al mundo y el mundo lo ha rehecho”.

Sigo con Rushdie. Y encuentro esto, que no sé si es cierto, pero es muy bonito.

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© Juan Abreu, 2006-2019